Recordamos a Ignacio Allende en el 250 aniversario de su nacimiento

Guanajuato, Gto., 20 de enero de 2019. En el Instituto Estatal de la Cultura recordamos a Ignacio Allende en el marco del 250 aniversario de su nacimiento, con una serie de actividades conmemorativas a realizarse en colaboración con otras instancias, mismas que comprenden charlas, una presentación editorial y una ofrenda floral en el Palacio de los Poderes.

Ignacio María de Allende y Unzaga nació el 21 de enero de 1769 en San Miguel el Grande (Renombrada San Miguel de Allende en su honor). Fue el quinto de seis hijos del matrimonio conformado por el comerciante Domingo Narciso de Allende y Ayerdy, y la señora Ana María Unzaga, españoles de origen vasco.

Desde temprana edad estuvo al tanto de los levantamientos y de las proclamaciones independentistas, por ello, en el año de 1802 se incorporó al ejército virreinal de la Nueva España bajo las órdenes de Félix María Calleja. Dado su alto desempeño logró ascender rápidamente, en 1797 obtuvo el grado de capitán.

En el cantón de Jalapa conoció a otros criollos con los que compartió sus ideales políticos de descontento contra el gobierno español.

En 1809 fue descubierto en una de las campañas clandestinas a favor de la Independencia, pero Allende estableció contacto con una ramificación importante en Querétaro, en la casa del corregidor Miguel Domínguez y su esposa, Josefa Ortiz.

La conspiración fue descubierta por el participante Joaquín Arias. Ignacio Allende fue avisado oportunamente y pudo advertir a Miguel Hidalgo, quien decidió adelantar la rebelión que se suscitó la madrugada del 15 y 16 de septiembre de 1810 en Dolores Hidalgo.

El 28 de septiembre el contingente integrado por criollos e indígenas tomó la Alhóndiga de Granaditas, defendido por el intendente realista Juan Antonio de Riaño. Posteriormente el 17 de octubre se enfrentaron con éxito al ejército realista en el Monte de las Cruces.

Después de esto, Allende propuso ocupar la ciudad de México, pero Hidalgo decidió retroceder. Tuvieron dos derrotas, la primera en Aculco donde los esperaban las tropas realistas de Félix Calleja y Manuel de Flon, y el 17 de enero de 1811 en el Puente de Calderón.

El ejército se dividió en dos, el primero comandado por Ignacio López Rayón que salió hacia Michoacán, y el segundo por Miguel Hidalgo e Ignacio Allende para buscar ayuda en los Estados Unidos.

Sus planes no pudieron concretarse debido a que ya eran esperados en Acatita de Baján, Coahuila, donde fueron aprehendidos por Ignacio Elizondo. Ambos fueron sometidos a juicio; Allende fue fusilado junto con Ignacio Aldama y Mariano Jiménez el 26 de junio de 1811 en la ciudad de Chihuahua.

Durante 10 años sus cabezas fueron exhibidas en la esquina de la Alhóndiga de Granaditas, lugar donde había se había suscitado la primera batalla en 1810.

Durante poco más de 2 años, las cabezas de los insurgentes estuvieron enterradas en el Templo de San Sebastián, donde aún se encuentra un cenotafio en su honor, una costumbre que se estableció después de que separaran los panteones de la iglesia.
Posteriormente fueron trasladadas a la Ciudad de México para ser sepultadas en la columna de la Independencia, aunque en 2010 fueron removidas para su análisis y autentificación al Museo Nacional de Historia.