Salamanca, Gto., a 27 de febrero de 2016.- Durante 7 días veinte bibliotecarios del Instituto Estatal de la Cultura (IEC), provenientes de distintos municipios del estado, se dieron cita en Salamanca para tomar el taller de talla de madera, que impartió el maestro Edwin Salas Acosta.
El salón del refectorio del Ex Convento de Fray Juan de Sahagún estuvo invadido con un olor a madera fresca y sonidos de las herramientas, sonidos suaves, como las manos que trabajaron. Este curso de capacitación que impartió el IEC fue distinto, ya que a la veintena de trabajadores de la cultura se les impuso una tarea poco común, tallar y construir una marioneta de nueve hilos.
El maestro, con una carrera sólida como bailarín y coreógrafo, becario de creadores escénicos en 2009 del FONCA, y actualmente del INBA con quien trabaja el proyecto “Genocidio Maya” cuenta: “Lo que estamos haciendo acá es una marioneta antropomorfa a nueve hilos, en la cual se busca que tenga la división de las articulaciones inferiores y superiores y también que tenga una articulación en la parte del abdomen, que va a permitir dar la sensación de respiro”.
Así que estamos frente a la creación de un mono al que le será permitido “respirar”. También explica que harán una cruceta horizontal de tipo oriental, ya que normalmente las occidentales son verticales. La diferencia es que con la horizontal hay una mayor libertad de movimiento para el marionetista, en la occidental hay un poco menos, es más específica de cada tipo de marioneta, la diferencia está en la técnica que se utilice para darles “vida”.
Así, Virginia Ruelas Ávila, de la Biblioteca 18 de Diciembre y del paralibros de Apaseo el Alto, dice que trabajó durante 9 años en una tienda de artesanías en donde conoció de cerca la talla de madera y la transformación que puede tener un pedazo de madera. “Me encanta este taller porque yo tenía ganas de hacer mi propio muñeco. Además esta marioneta tiene la posibilidad de tener ‘vida’ y movimiento”. Agrega que trabajar con madera le gusta por la textura y cómo van conociendo las vetas, lo áspero y lo liso, “me gusta el aroma cuando estamos puliendo, lijando o cortando, siempre me acuerdo de Pinocho que era un tronco de madera y después toma vida y así creo que van a ser nuestros muñecos”.
Por su parte Leticia Zavala, de la biblioteca de Moroleón, dice que ella de niña jugaba con los palitos de paleta, hacía casitas, pirámides y pistolitas, agrega que este trabajo le ha parecido muy interesante porque les va a ser de gran utilidad para entender el movimiento del cuerpo y “sobre todo es maravilloso cómo le das vida a un muñeco de madera. Primero se veía como partes separadas pero ya armado, pues ya tiene vida, le falta la cabeza pero ya tiene corazón, porque nos ha costado un buen el estar aquí tallando”.
Este taller se imparte a trabajadores que no tienen un conocimiento previo y, sin embargo, se llega a productos de muy alta calidad, todos ellos coinciden en que las indicaciones del maestro los ha ayudado a lograrlo.
Sólo hay dos hombres que asistieron por la tarde y el maestro dice que trabajar con el grupo de mujeres, fue: “Una experiencia muy hermosa, porque a la mujer, por una cuestión social, por una educación machista, la alejan de las herramientas, en cambio aquí lo que podemos ver es a estas mujeres manejando herramientas y haciendo un gran trabajo”.
El trabajo de talla de la madera ha sido completo de los alumnos, sin embargo por ahorrar tiempo el maestro llevó cortados los segmentos, pero sin forma, el corte es una cuestión técnica que cualquiera lo puede hacer, sin embargo tallar, dar forma y armar la marioneta es un trabajo muy delicado y fino.
Los bibliotecarios del Instituto Estatal de la Cultura también tuvieron el domingo una charla, sobre cuestiones de producción, de cómo hacer los espectáculos, los movimiento y un poco de la visión del maestro sobre el teatro de las marionetas que es convertirlo en un objeto escénico ya que se pueden utilizar en la danza contemporánea o en performance, hay que alejarlas de la visión de un arte menor.
El objetivo de este taller es también acercar el arte de las marionetas a cualquier persona y no hacerlo cada vez una cuestión más elitista.
Para Luz María Torres Rico de San Miguel de Allende, fue una gran experiencia trabajar con la madera y darle vida, “porque cuando la madera no tiene forma pues no tiene vida, cuando el maestro nos enseñó los cuadros, pensé ‘cómo vamos a sacar algo de ahí’, sin embargo sí pudimos. Creo que nuestra esencia está en ese muñeco, le dimos algo nuestro. Yo trabajo en escuelas y quiero hacer otras marionetas y formar un cuento. Me gusta desarrollar lo que aprendo y transmitirlo a otros”.
Todos estos trabajadores de bibliotecas han dado forma a marionetas todas distintas y únicas, han descubierto este oficio y explorado su creatividad, ellos provienen del mundo de la literatura y de ahí parte todo, la palabra escrita da paso al viaje de la imaginación que han puesto en práctica en este taller.
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