Guanajuato, Gto., a 21 de septiembre de 2025.- “Yo ya no quiero más jugar con esto, yo quiero vivir en paz”, dijo un niño al entregar una pistola de juguete y recibir a cambio un balón de fútbol. Ese instante refleja el espíritu de miles de niñas y niños que, junto a sus familias, participan en actividades impulsadas por la Secretaría de Seguridad y Paz dentro de la estrategia Coordinación Operativa de la Nueva Fuerza de Inteligencia Anticrimen (CONFIA).
Cada gesto, aunque pequeño, está modificando actitudes. Un juguete que ya no incita a la violencia, una convivencia en la colonia que acercó a vecinos que antes no se saludaban, un taller en la escuela que abrió diálogo entre maestros y alumnos, o una plática que ayudó a reconciliar familias.
Todos estos son momentos que, al multiplicarse en los 46 municipios, van tejiendo una cultura de paz en Guanajuato. La Secretaría de Seguridad y Paz señaló que con más de 14 mil actividades que impactaron en más de 1.2 millones de participantes, la prevención se está consolidando como herramienta esencial para fortalecer la seguridad desde la confianza, la solidaridad y el respeto.
Este 2025, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) eligió el lema “Actuar ahora por un mundo en paz” con motivo del Día Internacional de la Paz. En Guanajuato, esas palabras se han convertido en programas formativos, convivencias, ferias, torneos, campañas y talleres que llevan mensajes de respeto y tolerancia a cada rincón del estado.
La Secretaría de Seguridad y Paz afirmó que estas actividades están reconstruyendo el tejido social desde abajo, donde más se necesita: en las colonias, en las escuelas y en las familias. Se trata, afirmaron, de experiencias que cambian actitudes, promueven valores y siembran confianza comunitaria como base de la seguridad.
“Nosotros buscamos dar herramientas a la sociedad para que las adopte en su vida diaria. Promovemos la cultura de paz con talleres, convivencias, torneos, ferias y hasta con intercambios de juguetes bélicos, porque la paz también se aprende jugando”, explicó Shayda Razo, Coordinadora Regional de la Zona 4 de la Subsecretaría de Prevención. “Queremos que las niñas y los niños crezcan sabiendo que el respeto, la tolerancia y el diálogo valen más que la violencia.”
La funcionaria añadió que el ejemplo de las personas adultas es determinante. Reconoció que muchas veces las familias entregan un juguete bélico sin mala intención, pero ahí comienza la normalización de la violencia. “Necesitamos que las mamás y los papás nos ayuden. Que dejen de regalar armas de plástico, aunque parezcan inofensivas, y que apuesten por juegos que enseñen valores. Los niños aprenden jugando, y si reciben un juguete de paz, crecerán entendiendo que ese es el camino”, subrayó.
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad y Paz, más de 7 mil actividades formativas reunieron a casi medio millón de personas; las campañas de difusión alcanzaron a 450 mil más; y los encuentros culturales, deportivos y de convivencia congregaron a más de 300 mil guanajuatenses. Pero, subraya la dependencia, detrás de cada cifra hay un rostro y una historia que muestran lo complejo y al mismo tiempo esperanzador que resulta construir paz desde las comunidades.
En un centro de rehabilitación de Irapuato, uno de los participantes lo resume así: “La paz es poder convivir, dialogar y resolver los problemas sin hacerlos más grandes. En cualquier entorno que te encuentres, siempre es importante manejar la paz. Hoy, más que nunca, necesitamos promoverla en el trabajo, en la casa y en la calle.” En ese espacio, donde la Secretaría de Seguridad y Paz realiza pláticas y actividades de prevención, las voces reflejan el aprendizaje unificado de que la paz también se trabaja desde la reconstrucción personal. Otro de sus compañeros añadió: “Aquí nos ayudan a fortalecer el valor propio, la dignidad y el respeto hacia los demás. Entiendes que la paz empieza por dentro”, subrayó.
En colonias y comunidades también se percibe esa transformación en la vida cotidiana. En Pénjamo, Irma, vecina de una de las colonias populares, habla de cómo los conflictos que antes se volvían pleitos ahora encuentran salidas más sanas: “Platicamos el problema para solucionarlo de la mejor manera, dialogando y llegando a un acuerdo. Se resuelve mejor, sin violencia.”
En Irapuato, las y los vecinos se han organizado en reuniones periódicas con personal de proximidad de la Secretaría. Ahí, entre mesas sencillas y cuadernos de notas, se comparten preocupaciones y se buscan respuestas colectivas. “Nos han ayudado a reforzar nuestros valores. Este es un trabajo de sociedad y gobierno, principalmente para hacer una mejor sociedad”, coincidieron.
Y en León, Lucy sonríe al contar cómo, con apoyo de la Secretaría de Seguridad y Paz, lograron abrir espacios de aprendizaje en su colonia: talleres para jóvenes y mujeres que llenan de vida las tardes. “Cada día aprendemos algo nuevo que nos acerca a vivir en paz”, relató.
Los testimonios son múltiples, pero todos apuntan en la misma dirección: la paz es una práctica que se cultiva en la armonía comunitaria. Desde intercambiar un juguete bélico por un símbolo de convivencia hasta organizar posadas comunitarias para unir a vecinos, Guanajuato está demostrando que la cultura de paz se construye con pequeños gestos que suman a un gran cambio.
En un momento en el que la ONU conmemora el 80º aniversario de su fundación y recuerda que “la paz es la fuerza más poderosa para un futuro mejor, y está a nuestro alcance si la elegimos”, Guanajuato se posiciona como ejemplo de que el compromiso local sí puede impactar en la agenda global.
Este 21 de septiembre, Día Internacional de la Paz, la Secretaría de Seguridad y Paz remarcó que la paz se reconoce en lo cotidiano: en el niño que cambió su juguete bélico, en la vecina que resolvió un conflicto con diálogo, en la colonia que volvió a reunirse. Ahí, en lo simple y lo humano, es donde empieza la paz.