Dolores Hidalgo C. I. N., Gto. 03 de octubre de 2024.- En un emotivo y vibrante homenaje lleno de alegría y nostalgia, la comunidad educativa de Montelongo, Dolores Hidalgo, despidió a la maestra Ma. Candelaria Trujillo Ramírez, quien, después de 42 años de servicio incansable y entrega absoluta, se retira dejando un legado imborrable en la vida de cientos de estudiantes.
La jornada comenzó con una calurosa bienvenida por parte de autoridades, docentes, madres, padres de familia y exalumnos, quienes se dieron cita para rendir tributo a la mujer que no solo fue una educadora ejemplar, sino también una guía, amiga y mentora para muchos. La maestra Cande, nacida en Tamaulipas, encontró su verdadera vocación en la docencia desde joven, cuando decidió dedicarse por completo a formar las mentes y corazones de las y los futuros ciudadanos de nuestro país.
La maestra Cande fungió como directora durante 36 años en la Primaria Miguel Hidalgo, de Montelongo, y ha marcado profundamente a más de 40 generaciones de estudiantes. Cada uno de ellos fue guiado con mano firme y corazón generoso, aprendiendo de ella no solo materias académicas, sino también los valores de responsabilidad, honestidad y respeto.
A lo largo del evento, las y los estudiantes protagonizaron un festival repleto de colores, música y emociones. Niñas y niños de primer grado abrieron el programa con la tierna ronda “La Granja del Tío Juan”, mientras los alumnos de segundo y tercer grado hicieron vibrar al público con sus versos y canciones dedicadas a la maestra. Entre las interpretaciones más conmovedoras, destacaron la poesía “Maestra” y la canción “Gracias a Ti”, que arrancaron aplausos y lágrimas de quienes han sido testigos del impacto que ha tenido la maestra Cande en la comunidad.
Uno de los momentos más emotivos ocurrió al final del homenaje, cuando, rodeada de flores, regalos y muestras de cariño, la maestra Candelaria fue sorprendida por la comunidad que tanto la aprecia. Familias se acercaron para expresarle su gratitud, y en cada rostro se reflejaba el amor y la admiración por quien, sin duda, ha dejado una huella imborrable en sus vidas.
Candelaria Trujillo, quien comenzó su carrera en 1983 en comunidades rurales de Guanajuato, ha sido testigo de grandes transformaciones en el ámbito educativo, siempre adaptándose con entusiasmo y compromiso a cada desafío. Sus colegas, emocionados, no dejaron de destacar su liderazgo y su capacidad para inspirar tanto a estudiantes como a docentes.
Este homenaje, lleno de momentos memorables, no solo fue una despedida, sino una celebración de una vida dedicada a la enseñanza y al servicio. Con un legado que trasciende generaciones, la maestra Candelaria deja una comunidad agradecida y una profesión que siempre recordará su entrega y vocación.
“No vengo a ver si puedo, sino porque puedo vengo”, expresó la maestra en sus palabras finales, citando un refrán de su tierra natal, Tamaulipas, que resonó con fuerza entre las y los asistentes, cerrando con broche de oro un día que quedará en el corazón de todos.