Guanajuato, Gto., a 23 de octubre del 2020.- En pleno corazón de la ciudad de Guanajuato existe una majestuosa edificación de exquisitos detalles arquitectónicos que se levanta desde hace 117 años, se trata del Teatro Juárez, recinto que sigue en auge y figura entre los teatros más bellos del mundo.
Sus puertas se abrieron por vez primera el 27 de octubre de 1903, para ser inaugurado por el entonces Presidente Porfirio Díaz, en la etapa final de su mandato. Este recinto recibe su nombre en homenaje al ex presidente de México Benito Pablo Juárez García.
En el terreno que hoy ocupa hubo un convento franciscano; posteriormente se edificó el primer hotel de la ciudad, El Emporio. En 1872, por encargo del entonces gobernador de Guanajuato, el General Florencio Antillón, se decidió construir un teatro que estuviera a la par con los mejores del País, cuya encomienda estuvo a cargo del arquitecto José Noriega.
Veinte años después, en 1892, en el gobierno del General Manuel González, continuó la construcción bajo la coordinación del arquitecto Antonio Rivas Mercado y el ingeniero Alberto Malo, quienes modificaron el proyecto original de José Noriega, de un estilo arquitectónico clásico a uno ecléctico.
Ya bajo el gobierno de Joaquín Obregón González continúa el proyecto que culminó con su construcción en 1897 y fue inaugurado hasta octubre de 1903; la decoración fue a cargo de los artistas Eugenio Alva, José Cabrera, Jesús Herrera y Gutiérrez, Ramón Isaac Pérez y el pintor catalán Amérigo.
Los leones de bronce de las escalinatas fueron obra de Jesús Contreras. El gran cuadro del Escudo de Armas de la Ciudad de Guanajuato, ubicado en el descanso de la escalera que conduce al Foyer, fue realizado por el pintor español José Escudero y Espronceda.
Las musas que rodean el pórtico fueron manufacturadas por la casa de los señores W. Mullins y Cía. de Estados Unidos; el mobiliario original del Foyer, salones tocadores y de fumar fueron adquiridos en los almacenes Bon Marché, en París; el candil del centro del Foyer proviene de Inglaterra.
En la víspera del 27 de octubre de 1903 se invitó a la burguesía más representativa de Guanajuato, además de personalidades de todo el país, sin faltar la presencia de Don Porfirio Díaz (José de la Cruz Porfirio Díaz Mori).
La invitación anunciaba la presentación de la Compañía Italiana de Ettore Drog, con la ópera de Giuseppe Verdi (1813-1901) “Aída” (Alcocer, Alfonso, 1984. Teatro Juárez Guanajuato: Gobierno del Estado de Guanajuato).
Para la inauguración la ceremoniosa invitación exponía: “En nombre del Gobierno de Guanajuato, tenemos el honor de invitar a Ud. para la función de Gala, que con el objeto de inaugurar solemnemente el Teatro Juárez y con la asistencia del Señor Presidente de la República, tendrá su verificativo en esta ciudad el 27 del mes en curso a las 9 P.M. Guanajuato, octubre de 1903 (…) Señor. Presente. Traje de rigurosa etiqueta. Se suplica sean devueltos antes del día 25, los boletos adjuntos, en caso de no ser aceptada esta invitación que es estrictamente personal”. (Salazar y García, José. Teatro Juárez, Ediciones La Rana. Guanajuato, 2000)
A principio de la década de los 70’s se anuncia que se llevaría a cabo en la ciudad de Guanajuato el primer Festival Internacional Cervantino; y por ello comenzaron tareas de restauración del teatro por instrucción del entonces gobernador del Estado Manuel M. Moreno. Tras un diagnóstico general, las labores se ejecutaron entre 1971 y 1972, y comprendieron la reposición total de la instalación eléctrica, la renovación total del alfombrado y de la ornamentación, además de las localidades y muros.
A 117 años de su inauguración el Teatro Juárez continúa entre los mejores foros de arte en México y es uno de los más reconocidos del Mundo, con incontables vivencias desde diferentes perspectivas de quienes de alguna manera han sido parte de la historia de este recinto que también ha albergado las 48 ediciones del Festival Internacional Cervantino. Hoy día el Teatro Juárez está a resguardo del Instituto Estatal de la Cultura del Gobierno de Guanajuato.
Detrás de bambalinas
Apoyo técnico
Además de los importantes artistas que se han presentado en este majestuoso recinto, su consolidación no podría haberse logrado sin el apoyo de cientos de personas que han estado presentes en cada jornada de labores durante todo el año. Gracias a cada una de esas personas, el Teatro Juárez sigue como uno de los escenarios más importantes en México.
J. Guadalupe Leocadio Guerra Guerra, mejor conocido como “Don Leo”, es uno de los trabajadores que posee mayor antigüedad, laborando cerca de 26 años en el Teatro Juárez. “Mi rama ha sido siempre tramoyista”.
“Cuando entré aquí no me gustaba pero en ese momento hubo tantos grandes eventos que me comenzó a gustar el teatro y aquí sigo todavía”.
Durante esos largos años, Don Leo conoció a un sin fin de artistas y personalidades de la farándula y de la política, por ejemplo, conoció a varios de los presidentes de México, a la Reina de Inglaterra, a los Reyes de España, sólo por mencionar algunos. A pesar de que ya puede retirarse y jubilarse, ha expresado que le es muy difícil separarse de su trabajo debido a las importantes experiencias y vivencias en las que ha sido partícipe. Y añadió que el orgullo de su trabajo es el que “nunca hemos dejado ningún evento a medias, todo lo hemos sacado a tiempo”.
Otra de las más antiguas voces dentro del teatro es la de Luis Gallaga Jaramillo, mejor conocido como “El Corre” –sobrenombre que surgió por su entusiasmo al ir y venir corriendo rápidamente de un teatro a otro con los materiales para el montaje escénico–, quien comenzó a trabajar en el Teatro Juárez en la época de Tulio Dorado, en el año 1983. Comentó que comenzó en mantenimiento.
Menciona que recuerda con mucho gusto el 11vo Festival Internacional Cervantino pues “en aquel tiempo había mucho trabajo, era tan complejo que era una motivación realizarlo”. Añadió que en ese festival vio a Nellie Happee con la puesta en escena de Carmina Burana, basada en la cantata de Carl Orff, la cual le profundizó el gusto por el teatro.
Luis Gallaga añadió que los obligaciones de las obras presentadas en el Teatro Juárez comienzan cuando se planean y terminan cuando “los artistas partes con sus maletas”. Y enfatizó que “todos los eventos son únicos y requieren un verdadero compromiso y responsabilidad para satisfacer las exigencias de los directores artísticos”. Y dijo que la más grande satisfacción de su trabajo “se da cuando los artistas, los directores y los técnicos de las compañías invitadas le agradecen a uno el arduo trabajo realizado al lado de ellos”.
Concluyó mostrando su contento por su trabajo: “yo por mi parte me siento a gusto y feliz de participar activamente en la construcción histórica del Teatro Juárez”.
La administración
María del Carmen Gutiérrez Velázquez, tiene más de 22 años trabajando en el Teatro Juárez. Ella enfatizó en el sumo cuidado que requiere, “es un recinto hermoso que hay que cuidar minuciosamente entre todos los guanajuatenses”. Como secretaria de la Dirección de Difusión Artística, Carmelita, -como le dicen de cariño sus compañeros de trabajo-, ha conocido no sólo a artistas del mundo del arte y cultural, sino a varios otros “más comerciales”, y nombró a Héctor Bonilla y a Alfredo Adame.
Sin embargo, piensa que el evento más memorable que le ha significado es “ver el espectáculo de Lila Downs, en Póker de Reinas. “Me impactó tanto, no conocía ese género pero fue lo máximo y desde entonces me hice fiel seguidora de su música”.
El Teatro Juárez ha cambiado profundamente a las personas, por ejemplo, Marcelina Chagoya Yebra, Auxiliar de Programación, quien lleva más de 12 años trabajando en el recinto, comentó que cuando entró a trabajar, “fue un gran reto para mí, pues era bastante tímida”.
Marcelina Chagoya forma parte del equipo que programa los eventos a realizar en el teatro. Mencionó que lo más gratificante de su trabajo es “ver salir a la gente emocionada de los eventos, es maravilloso.” Ha conocido a músicos como Celia Cruz, Ricky Martin. “Me gusta trabajar en el teatro, es prácticamente como mi segunda casa”, concluyó
Un sin fin de artistas, músicos, compañías, orquestas, etc., han hecho de este recinto un símbolo y sede internacional de los eventos más importantes; sin embargo, sus propuestas posiblemente no deslumbrarían como hasta ahora se ha logrado sin el apoyo de los comprometidos empleados que día a día, durante todo el año y todos los años, hacen del Teatro Juárez el colosal escenario emblema de la identidad social, cultural y artística de Guanajuato y centro de las Artes a nivel mundial.