Más de 400 profesionales del ramo en Guanajuato, brindan sus servicios para orientar a la población.
Guanajuato, Gto. 28 de mayo 2020.- En el Día Mundial de la Nutrición, los servicios de salud de Guanajuato resaltan la importancia de los hábitos nutricios durante la contingencia por el COVID-19.
Existen 400 profesionales de la nutrición que pertenecen a las instituciones que forman parte de la Subcomisión de Nutrición del Estado de Guanajuato.
Los nutriólogos y personal adquieren conocimientos y competencias relacionadas con la atención primaria a la salud, sin embargo, es importante que en esta cuarentena desde casa se procuren los buenos hábitos alimenticios entre la población.
La Secretaría de Salud detalla que los factores de riesgo a la salud que se relacionan con hábitos alimentarios han aumentado su prevalencia en la gran mayoría de los países desarrollados.
La nutrición juega un papel fundamental en los determinantes de salud, la forma de alimentarnos se relaciona con las enfermedades agudas y crónicas con incremento de la morbilidad y mortalidad, por lo que la dieta, los alimentos y nuestro estado de nutrición son el principal determinante de la salud futura.
La atención de nutrición se basa en un sistema sanitario de atención primaria de salud que orienta sus estructuras, funciones y valores de equidad y solidaridad social, así como el derecho de todo ser humano a gozar del grado máximo de salud que se pueda lograr sin distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social.
Se recomienda incluir en la dieta todos los grupos de alimentos leche y sus derivados, carnes, huevo y pescado, leguminosas, frutas y verduras, cereales, así como también grasas y aceite.
Asimismo, sugieren aumentar el consumo de fibra que proviene de frutas o verduras y cereales integrales; lograr un equilibrio calórico, es decir, gastar a través de la actividad física.
La misma cantidad de energía que se consume a través de los alimentos, reducir la ingesta de grasas saturadas que proviene de la manteca o grasas sólidas y sustituirla por grasas insaturadas como el aceite de oliva, cártamo o soya, así como de azúcares y bebidas azucaradas y optar por el uso de sustitutos de azúcar.