MÁS DE 52 MIL BENEFICIARIOS DE IRAPUATO Y SALAMANCA CONCLUYERON UN NIVEL EDUCATIVO CON INAEBA

En lo que va de la actual administración estatal, 52 mil 462 habitantes de Irapuato y Salamanca mayores de 15 años que se encontraban en rezago educativo, concluyeron alguno de sus niveles educativos gracias a los servicios del Instituto de Alfabetización y Educación Básica para Adultos (INAEBA).

 

En ambos municipios, el mayor número de beneficiarios se ubicó en secundaria, con 27 mil 245 irapuatenses y 9 mil 507 salmantinos.

 

En primaria, Irapuato logró la cifra de 9 mil 281 educandos que concluyeron este nivel; mientras que en  Salamanca fueron 2 mil 740 personas.

 

Por otra parte, 2 mil 425 personas mayores de 15 años que no sabían leer ni escribir en Irapuato, fueron alfabetizadas y cuentan con el respaldo de INAEBA para seguir con sus estudios de primaria. En Salamanca la cifra de beneficiarios en este nivel fue de mil 264 personas.

 

Cabe recordar que durante el actual Gobierno estatal, Irapuato fue declarado como un municipio libre de analfabetismo; es decir, menos del 4 por ciento de su población total mayor de 15 años no sabe leer ni escribir, lo que para la UNESCO significa que ya se logró izar bandera blanca en el tema.

 

En el caso de Salamanca, de acuerdo a estimaciones del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), el porcentaje de población de 15 años o más en condición de analfabetismo es del  5 por ciento, por lo que falta que 2 mil 164 personas aprendan a leer y a escribir para declarar al municipio libre de este fenómeno.

 

A sus 38 años, termina la escuela para ponerles un buen ejemplo a sus hijos

A sus 8 años, Santiago Balcazar Villanueva, comenzó a trabajar en una carpintería de Salamanca. A los 18 años se fue a la ciudad de Houston, Texas, en los Estados Unidos, donde se perfeccionó en la ebanistería, el arte de tallar madera y elaborar muebles con un acabado impecable.

 

Santiago regresó a México y actualmente tiene 38 años. Hace tres décadas ejerce su oficio y  asegura que la profesionalización no sólo implica hacer un trabajo de calidad, sino tener documentos que lo avalen, por lo que decidió acudir al INAEBA para terminar su educación básica.

 

“Yo nada más llegue a tercero de primaria. Cuando miré el examen (para acreditar primaria y secundaria) vi que es algo que prácticamente todos los días hago en mi trabajo. No fue tan difícil porque tengo la experiencia y eso me lo sé bien, mi trabajo me obliga a sumar, dividir, restar y multiplicar”, aseguró Santiago.

 

Tras recibir su certificado de secundaria, Santiago dijo que su principal motivación siempre será su familia: “Quiero ponerles un buen ejemplo (a sus hijos) y sacarlos adelante con mi trabajo, les doy sus estudios y que se sigan preparando para tener un mejor futuro y no batallen más adelante”, concluyó.

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