Celaya, Gto. 10 de mayo de 2016.- Para Verónica Pérez Gasca de 40 años de edad originaria de Cortázar, este 10 de mayo fue diferente porque recibió la segunda sesión de quimioterapias para vencer el cáncer cervicouterino aparte de la serie de 25 radiaciones que esta semana acumulará y vencer el mal.
Es una tantas guanajuatenses que reciben atención especializada en la Red de Hospitales Materno Infantil del Estado que así mismas se consideran verdaderas guerreras de batalla.
“No sé como agradecer aquí a los médicos porque no duré mucho tiempo para que me dieran el tratamiento, yo no quería aceptar pero por mi hija por mi familia y más porque sé que pronto me voy a recuperar”
El 10 de marzo pasado Verónica recibió la noticia de que tiene cáncer de útero tras una serie de estudios practicados en el Hospital Materno de Celaya.
Y aunque a veces es difícil sobrellevar la enfermedad, es optimista con ella misma porque sabe que habrá muchos diez de mayo para celebrar como tantas mamás.
“Me puse triste el día domingo porque mi hija me adelantó mi regalo, me hizo una manta con muchas frases diciendo que era la mejor mamá y también el mejor papá porque soy madre soltera”.
Si Dios ya le puso esta prueba, Verónica insiste en que ahora seguirá el tratamiento hasta terminarlo, aunque a veces el cansancio le gane y tenga muchas ganas de dormir.
Este martes al terminar su sesión a eso de las dos de la tarde, Verónica se fue al Hospital Aranda de la Parra de León para seguir sus radiaciones, le acompaña en todo momento su mamá y entre las dos se apoyan mutuamente porque la jornada sigue este miércoles con una radiación que la deja agotada, como si hubiera corrido mucho.
A las mamás les dirige un mensaje claro y enfocado a que se den su tiempo a ir al médico. En lo particular Verónica dice que se arrepiente de no haber ido al médico cuando tenía los síntomas de la enfermedad para recibir un tratamiento más a tiempo.
Por pena a que un médico la revisara, pasó desapercibas las hemorragias que en diciembre la acecharon, aunque cuando sabía que algo estaba mal en su cuerpo.
“Lo de la pena ya quedó atrás, si se sienten mal vayan a su chequeo para que estén a tiempo”, expresó.
Sobre la atención recibida en el Hospital Materno de Celaya asegura que “El trato ha sido bueno, no tengo quejas tanto para darme mis quimios me entienden muy bien”.
Para Verónica este 10 de mayo no hubo festejo como otros años, se levantó a las 5:30 de la mañana para trasladarse de Cortázar a Celaya, llegó puntual a su cita, tomó asiento, los médicos y enfermeras la apapacharon y empezó la quimioterapia durante una hora, por momentos cerraba los ojos para relajarse y a veces despertaba esperando que todo fuera un sueño.