Guanajuato, Gto., 26 de mayo de 2025.– Como parte de las acciones orientadas al bienestar de las mujeres privadas de la libertad y sus hijas e hijos, la Secretaría de Seguridad y Paz del Estado de Guanajuato celebró el segundo cumpleaños de una niña que reside junto a su madre en un centro penitenciario de la entidad.
El evento fue organizado por personal del centro penitenciario con el objetivo de fortalecer el vínculo madre-hija y generar un entorno emocionalmente positivo para la menor, en cumplimiento con el respeto a los derechos de la infancia y la dignidad humana.
Por unas horas el espacio fue adaptado para permitir la convivencia entre la niña, su madre y otras internas. La pequeña, como otras niñas y niños que acompañan a sus madres en algún centro penitenciario, representa una motivación para quienes buscan reconstruirse desde la adversidad.
Verlos crecer, reír o simplemente compartir un pastel de cumpleaños puede ser el inicio de un camino de cambio. No es solo una celebración, es un recordatorio de que la seguridad también se construye desde la empatía, la dignidad y el acompañamiento.
Este tipo de actividades contribuye a fortalecer los lazos familiares y pueden ser un factor que motive a las internas a participar en procesos de reinserción social.
La Secretaría de Seguridad y Paz del Estado de Guanajuato reafirma su compromiso con una visión de seguridad con rostro humano, donde cada historia cuenta y cada paso hacia la reintegración merece ser acompañado. Porque incluso en reclusión, hay motivos para creer, para avanzar y para no rendirse.
León de los Aldama, Gto., 25 de mayo de 2025.– Doce hombres, doce historias que parecían extraviadas entre adicciones, errores y dolor, dieron un paso firme hacia la reconstrucción de sus vidas. En emotiva ceremonia, doce personas se graduaron como la primera generación de la Clínica de Rehabilitación contra las Adicciones (CRA) del Centro de Prevención y Reinserción Social (Ceprereso) de León. Un hecho sin precedentes en el Sistema Penitenciario de Guanajuato.
La graduación, que pudo ser una simple clausura de curso, se transformó en una afirmación colectiva de que sí existen las segundas, terceras, cuartas o las oportunidades que sean necesarias, y que éstas, cuando se toman con valor, pueden abrir nuevos caminos.
Alan, uno de los graduados, ingresó al centro hace poco más de tres años. Cargaba, como él dice, una vida “fuera de rumbo”. Hoy, convertido en asesor educativo dentro del penal comparte su conocimiento en física, química e inglés con otros internos. Y, sobre todo, ha encontrado en la música una razón para mantenerse firme.
“Desde niño la música ha sido parte de mí. Aquí, me devolvió la vida. Me dieron permiso para tener una bocina, un MP3. Eso significó todo. Escuchar mis canciones favoritas fue recordar quién era y quién aún puedo volver a ser”, dijo con emoción mientras nombraba a Daft Punk, dúo francés de música electrónica, y a Pearl Jam, grupo de grunge formado en Seattle, Estados Unidos, sus cómplices en esta travesía.
Alan no solo enseña. También canta, retoma sus sueños y redescubre sus talentos: “cuando estaba afuera me gustaba dibujar, pero no le daba mucha importancia. Aquí descubrí que soy bueno para las artes y ahora sé hasta dónde puedo llegar y no veo límite”. Su voz refleja que en su presente hay mucho más que encierro. Como él, otros once hombres también redescubrieron motivos para creer en ellos mismos.
“Decidimos pedir ayuda… y eso nos cambió la vida”
Gabriel, responsable de pronunciar el discurso de la generación, dijo en nombre de sus compañeros que al principio “creímos que dejar de consumir sustancias era el objetivo, pero entendimos que lo difícil era dejar la soberbia, abrazar la humildad y reencontrarnos con nosotros mismos”.
Ante una sala donde madres, esposas y hermanas no pudieron contener las lágrimas, contó parte de su historia: “recuperé a mi hija, recuperé mis emociones, aprendí a pedir ayuda, a creer que el futuro es posible (…) y que la valentía no está en nunca caer, sino en saber levantarse”.
Durante la ceremonia, autoridades de la Secretaría de Seguridad y Paz reconocieron el trabajo y compromiso de quienes lograron concluir el programa intensivo de rehabilitación, que no solo aborda el consumo de sustancias, sino que escarba en lo más profundo de la identidad de cada participante.
Alonso Dueñas Calleros, director del Ceprereso, destacó la transformación lograda por cada uno de los integrantes de la generación. “Ni en la primaria marcharon como hoy. Sus familias están orgullosas y nosotros también. Les dimos herramientas, pero ustedes eligieron cambiar”, dijo.
En representación de Julio César Pérez Ramírez, director del Sistema Penitenciario de la Secretaría de Seguridad y Paz, Miriam Sánchez Arredondo, subrayó que “no se trata sólo de custodiar, sino de dar segundas oportunidades, terceras o cuartas, las que sean necesarias, porque sabemos que abordar las causas desde la raíz es esencial para romper los ciclos de reincidencia y construir una sociedad más segura”.
La psicóloga Sandra Isela Barroso, parte fundamental del equipo terapéutico que participa en el programa, tuvo una de las intervenciones más sentidas. Destacó lo valiente que es pedir ayuda desde un centro penitenciario: “imaginen decirle a tres extraños que necesitas ayuda porque tu vida se ha salido de tus manos. Ese fue el primer paso. Y lo dieron: demostraron que sus ganas de vivir son más fuertes que su miedo”.
El trabajo terapéutico, aseguró, implica exponer cicatrices, miedos e inseguridades, y no todos se atreven. “Estos doce hombres sí lo hicieron: en un entorno donde la fe escasea, estos doce hombres eligieron creer. Yo no veo ingenuidad. Yo veo fe. Y fe en la vida es lo que más se necesita en este lugar. Muchas felicidades y gracias por hacer que mi profesión tenga sentido”.
Uno a uno los graduados recibieron el reconocimiento que acredita su esfuerzo, reflejo de noches oscuras, de conversaciones difíciles, de derrotas asumidas y de una esperanza que vuelve a crecer. En palabras de Gabriel: “los exámenes de la vida nunca terminan, pero hoy más que nunca tenemos la fuerza para creer que sí podemos aprobarlos. Gracias por creer en nosotros”.
León, Gto., a 24 de mayo de 2025.- La Dirección General de Reintegración Social para Adolescentes (DGRSA), en coordinación con instituciones académicas y culturales, conmemoró el Día del Estudiante con actividades orientadas a fortalecer el desarrollo personal y académico de adolescentes en proceso de reinserción.
Para muchos de los jóvenes fue la primera vez que celebraron esta fecha, y lo hicieron entre risas, retos en equipo, jerseys de fútbol y pintura en las manos, mientras desarrollaban habilidades sociales, cooperación y autoestima.
Durante la jornada, las y los adolescentes participaron en diversos juegos, torneos deportivos, dinámicas de integración, actividades artísticas y pláticas motivacionales organizadas con el respaldo de estudiantes de la Universidad Tecnológica de México (UNITEC) y del Instituto Cultural de León (ICL).
En el evento, Luis Felipe Razo Ángeles, titular de la DGRSA, reconoció públicamente a quienes diariamente asisten a clases dentro del Centro de Internamiento. “Aquí se brindan todas las facilidades para que tengan acceso a la escuela, garantizando con ello su derecho a la educación. Contamos con una cobertura educativa del 100%, desde primaria hasta nivel universitario”, señaló.
Esta formación se realiza gracias a la colaboración con instituciones como la Universidad Virtual del Estado de Guanajuato (UVEG) y el Instituto de Alfabetización y Educación Básica para Adultos (INAEBA), cuyos programas permiten a las y los adolescentes seguir estudiando y acceder a una mejor oportunidad de vida.
La Secretaría de Seguridad y Paz promueve este tipo de acciones para valorar y fortalecer la cultura del esfuerzo, el acceso a la educación y la dignificación de los espacios de reinserción. Con la suma de voluntades es posible brindar las herramientas necesarias a las y los adolescentes en conflicto con la ley para continuar sus estudios y construir un proyecto de vida que les permita alcanzar sus metas.
Y es que, en contextos de internamiento, un diploma acredita un curso, pero también una transformación.
Guanajuato, Gto., a 23 de mayo de 2025.- En un acto que materializa el compromiso del Gobierno de la Gente con una política pública centrada en las personas, la Secretaría del Nuevo Comienzo y la Secretaría de Seguridad y Paz firmaron un convenio de colaboración para implementar el programa “Yo Puedo, Guanajuato Puede”.
El programa “Yo Puedo, Guanajuato Puede” coloca a la persona al centro de su desarrollo, impulsando habilidades, valores y proyectos de vida a través de la autogestión, la integración y el compromiso social. Esta visión humanista busca resignificar la vida familiar y comunitaria, construyendo entornos de paz, dignidad y oportunidad.
En el caso de los adolescentes en conflicto con la ley, el convenio firmado permitirá brindar acompañamiento psicoeducativo, formación en valores y actividades guiadas que fomenten el autoconocimiento, el fortalecimiento emocional y la esperanza en un futuro diferente. El trabajo será coordinado entre personal promotor de la Secretaría del Nuevo Comienzo y enlaces técnicos de la Dirección General de Reintegración Social para Adolescentes.
“Trabajar en equipo, sumar capacidades y construir redes de apoyo es la única forma de transformar realidades. Hoy más que nunca, creemos que sí se puede. Sí pueden ellos, sí puede Guanajuato”, expresó Rosario Corona Amador, titular de la Secretaría del Nuevo Comienzo.
Por su parte, Juan Mauro González Martínez, titular de la Secretaría de Seguridad y Paz, reiteró que la educación y el desarrollo humano son pilares clave para brindar segundas oportunidades y prevenir la reincidencia, destacando que este convenio se alinea con la política estatal de reinserción con enfoque restaurativo.
Esta acción forma parte de una estrategia más amplia, en la que la Secretaría del Nuevo Comienzo ha formalizado 48 convenios de colaboración con instituciones como IECA, SABES, CECyTE, ITESA, municipios y, especialmente, con las comunidades urbanas y rurales, con el propósito de acercar herramientas para el desarrollo humano a todas las personas, sin importar su contexto.
Con esta colaboración, el Gobierno del Estado refrenda su compromiso con una política pública incluyente, humana y efectiva, que rompe barreras y abre caminos para que todas y todos puedan construir un nuevo comienzo.
León, Gto., a 15 de mayo de 2025.- En el Centro de Internamiento Especializado de la Dirección General de Reintegración Social para Adolescentes (DGRSA), hay maestras que enseñan con la voz baja y la paciencia larga. Enseñan desde el compromiso de abrir posibilidades a quienes, muchas veces, llegaron pensando que ya no tenían ninguna.
En el marco del Día del Maestro y la Maestra, la Secretaría de Seguridad y Paz, a través de la DGRSA, reconoció con distintas actividades a quienes, desde las aulas al interior de un centro de justicia, se convierten en faros para jóvenes que alguna vez sintieron que el estudio ya no era para ellos.
“Yo no tenía en mente seguir estudiando”, confiesa un adolescente interno. “Ahora quiero estudiar pedagogía.” Quien un día dudó si valía la pena entrar al salón de clases, hoy sueña con pararse frente a uno. Ser maestro. Enseñar como fue enseñado: con paciencia, con respeto, con fe.
Otro testimonio revela un proceso similar. “La verdad, al principio yo no quería entrar a clases”, admite una joven. “Poco a poco me fui interesando más. Ahora quiero seguir estudiando y agarrar una carrera para crecer cuando salga.” Esa transición —del rechazo al deseo, del internamiento a la proyección— es precisamente lo que la enseñanza provoca. No desde la imposición, sino desde la empatía.
Por eso, hoy más que nunca, vale la pena reconocer el trabajo que realizan las docentes en estos espacios. Porque su labor no solo se mide en calificaciones, sino en vidas que logran enderezar el rumbo.
Durante la ceremonia de conmemoración por el 15 de mayo, se entregaron reconocimientos a las maestras que día a día acompañan este proceso en el Centro de Internamiento Especializado para Adolescentes. Ahí donde muchas veces cuesta hablar de futuro, ellas siembran semillas que algún día florecerán en caminos nuevos.
Desde reforzar habilidades básicas, hasta motivar a la continuidad de sus estudios en línea, las docentes del Centro de Internamiento trabajan con sensibilidad y disciplina. Participan también en proyectos de lectura, así como diversos talleres y cursos que conectan a las y los adolescentes con el mundo fuera de los muros. Para muchos de estos jóvenes, volver a tomar un lápiz, resolver una ecuación o escribir una carta representa mucho más que aprobar una materia: representa la posibilidad de recomenzar.
Luis Felipe Razo Ángeles, titular de la DGRSA, resaltó que las y los maestros son pieza clave en el proceso de reinserción y reintegración social de jóvenes. “Su enseñanza los hace creer en ellos mismos, brindándoles confianza y acompañamiento para avanzar en su proceso educativo.”
Mencionó además que el 100% de la población interna actualmente estudia en los diferentes niveles educativos —alfabetización, primaria, secundaria, preparatoria y universidad— gracias también a la colaboración institucional con la Universidad Virtual del Estado de Guanajuato (UVEG) y el Instituto de Alfabetización y Educación Básica para Adultos (INAEBA).
La Secretaría de Seguridad y Paz reconoce el compromiso y trabajo de las y los docentes que trabajan con adolescentes en conflicto con la ley penal, porque a través de su vocación y constancia coadyuvan a garantizar su derecho a una educación de calidad, a fin de proporcionar herramientas que mejorarán sus vidas e incluso les permitirán ser referentes de cambio para otros jóvenes.
Son las y los profesores quienes, en medio de historias fracturadas, enseñan a ver lo que aún puede florecer. Y en esta tarea silenciosa pero poderosa, son ellos y ellas —con su entrega, su disciplina y su fe en la transformación— quienes encarnan uno de los principios del Decálogo del Gobierno de la Gente: “Tú eres el rostro del nuevo comienzo.”
Guanajuato, Gto., a 10 de mayo de 2025.- El sonido de una videollamada que espera a que alguien se conecte no suele ser memorable, pero en los 11 centros penitenciarios del estado de Guanajuato este 10 de Mayo ese timbre digital marcó el comienzo de uno de los momentos más intensos y emotivos en lo que va del año para decenas de personas privadas de la libertad. No fue una conexión virtual más: se trató de la oportunidad de ver a quienes les dieron la vida. Rostros que reflejaban alegría, dolor, reproche, amor… y, sobre todo, esperanza.
El Sistema Penitenciario de Guanajuato organizó una jornada en la que hombres y mujeres que no tienen contacto frecuente con sus madres, algunos desde hace años, pudieron verlas, hablarles y llorar y reír con ellas a través de una pantalla. Una actividad en apariencia simple cobró una dimensión profundamente humana en el contexto del encierro, de la distancia, del Día de las Madres.
Además, a las mamás que tuvieron posibilidades de estar con sus hijos en este día se les permitió el acceso a los centros de reinserción social y se les obsequió una flor como un pequeño detalle en tan significativa fecha. Juntos pudieron jugar, abrazarse.
Y entonces, con una mirada, ocurre el reencuentro
En Acámbaro, donde se localiza uno de los penales participantes, un joven está de espaldas a la cámara que graba el momento, pero de frente a la pantalla donde aparece su mamá. Él arrastra la silla como queriendo acercarse a donde ella aparece. Inclina el cuerpo hacia adelante como intentando pronunciar alguna palabra. Y sólo balbucea.
Las pequeñas cosas tienen la capacidad de contener o desbordar universos propios, personales, llenos de significados: en otra sala, internos de rostro duro lanzan porras y le cantan las mañanitas a las mamás, algunos acompañados de guitarras. Ellas sonríen. Parecen olvidar por unos minutos en dónde están. Inmersos en algo que tiene sentido sólo para ellos, como si no hubiera ni paredes ni rejas ni distancia que les marquen una distancia física, no emocional.
En el Sistema Penitenciario de la Secretaría de Seguridad y Paz de Guanajuato que dirige Julio César Pérez Ramírez también se vieron escenas que no necesitan de títulos y tal vez ni siquiera de palabras: hijos con la cabeza baja, como pidiendo perdón, en silencio; una madre que repite “gracias, gracias” mientras se seca las lágrimas y saluda con la mano. Las emociones suelen ser así: crudas.
Regalos que construyen memoria y humanizan
Las videollamadas fueron posibles por una iniciativa coordinada para enlazar a familias de personas privadas de la libertad que no pueden recibir visitas físicas, ya sea por la distancia, por problemas económicos o por condiciones legales.
“Como bien refiere Juan Mauro González Martínez, Secretario de Seguridad y Paz, debemos atender las causas, humanizar las prisiones. Con esto atendemos y damos cumplimiento a los ejes de reinserción”, dijo Julio César Pérez Ramírez. El objetivo del Sistema Penitenciario parece simple, pero es vital: ayudar a que quienes están privados de la libertad no pierdan el vínculo madre-hijo, que permanezca incluso en contextos adversos.
La tecnología, tan asociada con el aislamiento, se transformó en una herramienta capaz de transmitir ternura, amor, cariño. Para muchas de las mamás que se conectaron para ver a sus hijos fue la primera vez que usaron una videollamada; para muchos de los hijos fue la primera vez en años que vieron el rostro de quien les dio la vida.
“Mi hijo nunca me había dicho que me quería”
Adolescentes del Centro de Internamiento Especializado para Adolescentes de León, Guanajuato, también celebraron el día de las Madres. La mamá de uno de ellos dijo: “hoy venía a visitar a mi hijo como un día normal y me encontré esta sorpresa. Me impactó recibir un mensaje donde me decía cuánto me quería; nunca antes me lo había dicho”.
Luis Felipe Razo Ángeles, Director General de Reintegración Social para Adolescentes, compartió con las mamás el esfuerzo de sus hijos por innovar una idea a través de la cual pudieran transmitirles el amor que sienten hacia ellas. Algunos eligieron una canción, otros una carta o un mensaje sencillo, pero de corazón.
Los adolescentes se mostraron entusiastas en todas las actividades en las que participaron, como cantos y cartas dedicadas a sus progenitoras, juegos colaborativos, entrega de mensajes simbólicos y dinámicas que permitieron la interacción madre-hijo.
Más allá de las rejas
El Día de las Madres, para quienes viven privados de su libertad, puede ser un recordatorio doloroso de lo que han perdido. Por eso, estas videollamadas no fueron solo un gesto logístico: fueron una oportunidad de consuelo, de sanación. Lo que ocurrió este 10 de Mayo en los penales de Guanajuato no fue una historia de tecnología, ni siquiera una historia de encierro.
Es también un testimonio del esfuerzo institucional por humanizar los sistemas penitenciarios, para no olvidar que incluso en los espacios más duros el vínculo entre madre e hijo puede resistir el silencio, la distancia… y sí, también los barrotes.
Guanajuato, Gto., a 10 de mayo de 2025.- Cada día, en los Centros Estatales de Prevención y Reinserción Social (Cepreresos) de Guanajuato, hay una madre que canta bajito una canción de cuna, que acaricia la frente de su hija dormida o espera, con la mirada puesta en la reja, una visita que a veces no llega.
La maternidad en prisión existe, aunque con otras formas y heridas. Algunas mujeres viven con sus hijas e hijos menores de tres años dentro de los centros penitenciarios. Otras mantienen el vínculo a la distancia, a través de cartas, llamadas o mensajes que viajan con sus familiares. Todas enfrentan el mismo reto: seguir presentes, aunque no puedan estar cerca.
Actualmente, cuatro mujeres en la entidad viven con sus hijas e hijos pequeños dentro de un centro penitenciario: dos niñas y dos niños distribuidos en los Cepreresos de Guanajuato capital, León y Valle de Santiago. Allí, las y los menores de tres años cuentan con estancias infantiles donde reciben atención integral brindada por personal capacitado en crianza positiva y desarrollo psicomotor.
Mayra, madre de una pequeña que vive con ella en el Ceprereso de Guanajuato capital, lo resume con ternura: “Desde que estoy aquí, he cambiado como persona… ya no quiero darle todo lo material a mis hijos, solamente quiero estar con ellos.” La mayoría de sus compañeras —cuenta— han sido una red de apoyo para ella y su hija. “La quieren mucho, la consienten.”
Otras mujeres mantienen su rol materno desde la distancia. Luisa, por ejemplo, aprendió a tejer dentro del penal. Sus muñecos fueron vendidos en la Feria Estatal de León. Con ese ingreso —más de lo que imaginaba— planea apoyar a su hija para su entrada a la preparatoria. “Yo dije: ya voy a tener dinero para que mi niña entre a la prepa. Si lo hice aquí adentro, también puedo salir adelante afuera”, asegura.
El Sistema Penitenciario del Estado de Guanajuato, bajo la instrucción de la Gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo, impulsa una estrategia de reinserción con enfoque humano, que incluye talleres de autoempleo, acompañamiento emocional, programas de educación y esquemas de apoyo en coordinación con distintas dependencias.
En el marco del Día de las Madres, se organizan actividades especiales en todos los centros penitenciarios –femeniles y varoniles- del estado para reconocer a quienes maternan en condiciones de reclusión, a quienes son madres y tienen a sus hijas e hijos fuera, y también a todas y todos los que recuerdan con amor a su propia madre. Estos espacios permiten fortalecer los vínculos familiares durante las visitas y crear momentos de conexión emocional que dignifican a las personas privadas de la libertad.
El director del Sistema Estatal Penitenciario, Julio César Pérez Ramírez, explicó que se trabaja en programas diferenciados para las madres privadas de la libertad, incluyendo acompañamiento psicosocial y apoyos económicos específicos en fase avanzada de gestión. “Ya les estamos dando todas las herramientas para que no haya retrocesos”, afirmó.
Y mientras eso ocurre, mientras los días se cuentan entre turnos, pañales o lágrimas, hay madres que siguen. Que resisten. Que esperan.
Como lo dice Mayra mientras su hija se acurruca en su pecho: “Cuando salga y pueda abrazar a mi hijo y a mi hija sin ningún obstáculo, les diría que pase lo que pase, ahí voy a estar con ellos, siempre.”
Y es que hay algo que ni el encierro, ni el tiempo, ni el arrepentimiento pueden borrar: el amor que resiste todo y que no deja de buscar un nuevo comienzo. Porque incluso en contextos de privación de la libertad, una madre sigue siendo luz.
Guanajuato, Gto., a 05 de mayo de 2025.- El flag football, una disciplina derivada del futbol americano, es también una herramienta de transformación social para adolescentes en conflicto con la ley penal gracias a un proyecto impulsado por la Dirección General de Reintegración Social para Adolescentes de la Secretaría de Seguridad y Paz, en colaboración con la organización Corazón Profundo.
Mediante esta iniciativa 38 jóvenes del Centro de Internamiento Especializado para Adolescentes participaron en actividades deportivas diseñadas para fortalecer su salud física, emocional y mental. El proyecto promueve la convivencia, la disciplina y el trabajo en equipo en un entorno seguro, alejado de la violencia y el riesgo.
Los adolescentes mostraron entusiasmo y compromiso con la práctica de este deporte en el que lejos de golpear al adversario y tirarlo al piso, para terminar una jugada se debe contener al rival quitándole una de las dos banderas de mínimo 38 centímetros de largo que se llevan puestas en la cintura.
Luis Felipe Razo Ángeles, titular de la Dirección General de Reintegración Social para Adolescentes, afirmó que el flag football “enseña a manejar emociones, a respetar reglas y trabajar en equipo. Les da un espacio seguro para canalizar sus frustraciones, pero también para soñar, para entender que pueden cambiar su destino si se les da la oportunidad. En este campo de juego la esperanza se siembra”.
A través de esta actividad los adolescentes no solo mejoran su estado físico y emocional, también desarrollan habilidades sociales fundamentales para su proceso de reintegración y tienen la oportunidad de que este deporte se pueda convertir en ruta hacia una nueva vida.
La Secretaría de Seguridad y Paz subraya la importancia de iniciativas que utilizan el deporte como una vía efectiva de cambio. “Es momento de hacer del deporte una herramienta de transformación. De creer en el poder de la segunda oportunidad. Cada jugada representa un paso hacia una nueva vida para estos jóvenes”, señaló la dependencia.
Con este esfuerzo la Dirección General de Reintegración Social para Adolescentes consolida de manera conjunta con Corazón Profundo, una red de apoyo que promueve la reconstrucción de vínculos familiares y comunitarios, fundamentales para una reinserción social exitosa.
Guanajuato, Gto., a 30 de abril de 2025.- Doce adolescentes en proceso de reintegración social dieron un paso significativo al participar en la capacitación Arbitraje de Futbol 7, iniciativa impulsada por la Secretaría de Seguridad y Paz, a través de la Dirección General de Reintegración Social para Adolescentes (DGRSA), y la Comisión de Deporte del Estado de Guanajuato (CODE).
La iniciativa forma parte de una estrategia integral que proporciona a los jóvenes en proceso de reintegración las herramientas necesarias para construir un proyecto de vida digno al recuperar su libertad. Reconoce, además, que su presente no define su futuro.
“Cada paso que damos en favor de los jóvenes es una inversión en un futuro más justo e incluyente. Creemos en su capacidad de cambio y en su derecho a nuevas oportunidades”, dijo Luis Felipe Razo Ángeles, titular de la Dirección General de Reintegración Social para Adolescentes.
Los adolescentes desarrollaron habilidades como liderazgo, comunicación asertiva y toma de decisiones; además fortalecieron valores fundamentales como respeto, disciplina, equidad y trabajo en equipo.
La capacitación combinó teoría y práctica, con actividades que incluyeron el uso correcto del silbato, ubicación estratégica dentro del campo de juego, desplazamientos adecuados en un partido, y conocieron y aplicaron criterios profesionales para sancionar infracciones conforme al reglamento oficial de futbol.
Los jóvenes en proceso de reintegración social respondieron de forma positiva y entusiasta. Expresaron que los contenidos de la capacitación Arbitraje de Futbol 7 fueron interesantes, útiles y novedosos, permitiéndoles valorar el rol del árbitro como figura clave para el desarrollo justo y ordenado de un partido.
Las actividades se desarrollaron de forma segura y ordenada, bajo la supervisión del personal del Centro de Internamiento Especializado para Adolescentes, cumpliendo con los protocolos establecidos.
Impulsando acciones que transforman vidas desde el reconocimiento del valor de cada persona, especialmente de quienes más lo necesitan, la Secretaría de Seguridad y Paz reafirma su compromiso con la dignidad humana.
Valle de Santiago, Gto., a 30 de abril de 2025.- La firma de un acta matrimonial es una escena que reconocemos con facilidad: una promesa, dos personas tomadas de la mano y una hoja que guarda una de las decisiones más importantes en la vida. Pero cuando esa escena sucede al interior de un centro penitenciario, todo cambia. Hay patios custodiados, instantes más breves y uniformes que toman el lugar de trajes de ceremonia.
Ahí, el acto adquiere una dimensión más profunda. El matrimonio se convierte en un acto de fe, en una esperanza sellada, en el primer paso hacia una historia distinta, escrita con la convicción de que los nuevos comienzos son posibles.
Así ocurrió en el Centro Estatal de Prevención y Reinserción Social (Ceprereso) de Valle de Santiago, donde diez personas privadas de la libertad se dieron el “sí” y contrajeron matrimonio civil con sus parejas, en una ceremonia organizada con el apoyo de la Oficialía del Registro Civil del municipio.
La actividad forma parte de la Campaña de Regularización de Matrimonios y Reconocimiento de Menores, en el marco de una política penitenciaria más humana, donde la legalidad convive con el acompañamiento y las segundas oportunidades.
La oficiante del Registro Civil extiende los documentos con cuidado. Con cada acta de matrimonio, ofrece legitimidad, estructura, derecho. Frente a ella, las parejas la miran con emoción, se toman de la mano, se susurran cosas que solo dicen quienes han esperado mucho, pero no han dejado de creer.
Sobre mesas con manteles azules –el color de la tranquilidad- y floreros decorativos, las parejas firmaron su unión rodeadas de gestos cargados de significado: manos entrelazadas, miradas cómplices, sonrisas contenidas y un par de copas en alto. Una ceremonia que representó el cierre visible de un proceso de gestión documental y acompañamiento emocional, que garantizó el derecho al matrimonio desde la sensibilidad institucional.
En otra imagen, una pareja posa con un marco decorado que dice “Nuestra Boda”. Brindan, no por el lujo, sino por la permanencia. Por el amor que sobrevivió a los días contados, a las despedidas apuradas y a las palabras que a veces tuvieron que esperar.
La Secretaría de Seguridad y Paz reconoce que la reinserción social no comienza al salir de un centro penitenciario, sino mucho antes: en la reconstrucción de la identidad, el afecto y los vínculos que dan sentido al futuro. Por ello se impulsan acciones que fortalecen la estabilidad emocional, la pertenencia familiar y la convicción de que el amor también puede ser un puente hacia la esperanza.
Fortalecer el núcleo familiar no solo brinda estabilidad emocional: se convierte en un motor de transformación personal y social. Apostar por el amor es también apostar por la paz, porque un proyecto de vida sin afectos carece de raíces sólidas
No fueron solamente bodas. Fueron diez promesas de reconstrucción. Diez recordatorios de que incluso ahí, donde la libertad física se ve restringida, el derecho a amar sigue en pie. Y con él, la posibilidad de un nuevo comienzo.
Porque el amor no espera a la libertad. A veces, es el primer paso hacia ella.