
Guanajuato, Gto., 20 de noviembre de 2025. La figura de Don Quijote de la Mancha, como un personaje moderno enfrentado a la tiranía fascista, fue el tema de la ponencia que ofrecieron los investigadores Viviana Grieco y Alberto Villamandos en el Museo Iconográfico del Quijote.
Grieco y Villamandos visitaron este miércoles Guanajuato para compartir la conferencia Un Quijote errante. El legado de Luis Quintanilla en la Universidad de Missouri – Kansas City, donde ambos están adscritos como profesores del Departamento de Lenguas y Culturas del Mundo.
Al igual que sucedió con Eulalio Ferrer, fundador del MIQ, el artista Luis Quintanilla Isasi (1893-1978) dejó su tierra natal en Santander a causa de la Guerra Civil española y desembarcó en América, donde su relación con Don Quijote lo proyectaría hacia la posteridad.
Pero en el caso del pintor fue a través de una serie de seis frescos pintados a comienzos de la década de los cuarenta en la universidad a la que había sido invitado como profesor, tras una azarosa cadena de acontecimientos que lo dejaron en el exilio.
Alberto Villamandos ofreció un bosquejo biográfico de Luis Quintanilla, un artista de gran solvencia plástica, amigo de Ernest Hemingway en París, que consolidó su oficio pictórico con estadías en Alemania e Italia, donde asimilaría los secretos de la pintura al fresco.
En 1939, Quintanilla llegó a Estados Unidos con el encargo de pintar unos murales para el pabellón de España en la Exposición Universal de Nueva York, sin embargo, apenas unos meses después, Francisco Franco asumió el poder y Quintanilla quedó a la deriva.
Tras una estancia en California, trabajando para la industria fílmica de Hollywood, Quintanilla aterrizó en Kansas City, invitado por Clarence Decker, presidente de la Universidad de Kansas City, quien deseaba establecer la primera escuela de pintura al fresco en Estados Unidos, probablemente influenciado por el impacto cultural y educativo logrado por el muralismo mexicano.
Viviana Grieco y Alberto Villamandos desmenuzaron el proceso creativo de Quintanilla, quien empleó como modelos de sus murales a profesores, alumnos y empleados de la Universidad, para crear composiciones en las que Don Quijote y Sancho Panza aparecen como personajes contemporáneos.
Ambos ponentes señalaron que los murales, sobre todo los titulados “Don Quijote y Sancho en el siglo XX”, no fueron bien recibidos por el público, que no logró captar el grito de advertencia del pintor contra el fascismo que se abalanzaba sobre Europa.
“Quintanilla tenía el respaldo de su nicho intelectual, pero no tanto del gran público. Enfrentó mucha hostilidad. Hubo incluso quien ofreció dinero a la universidad por destruir los murales, pero Decker los protegió”, explicó Villamandos.
Viviana Grieco comentó que la obra mural de Quintanilla en Kansas ha sido mejor valorada con el tiempo y que recientemente logró ser restaurada por especialistas españoles gracias a una beca de la Fundación Mellon. La restauración cuenta también con un amplio programa de difusión, al que se sumó la conferencia en Guanajuato.