
• Promotor estatal de discapacidad en Guanajuato, coordinado con DIF Nacional y Derechos Humanos
• Llama al sector empresarial a fortalecer la inclusión laboral con capacitación y certificación
Irapuato, Gto; 20 de noviembre de 2025.– Con una trayectoria marcada por la constancia, la preparación y la convicción de que la discapacidad no limita el talento, Gabriel Castillo Chávarri, promotor estatal de discapacidad en Guanajuato, comparte su historia de vida y el llamado que hoy dirige tanto a personas con discapacidad (PCD) como al sector empresarial de que la inclusión laboral se construye con preparación, oportunidades y corresponsabilidad.
Nacido con parálisis cerebral infantil como resultado de un parto prematuro de siete meses, Gabriel creció junto a su hermano gemelo, sin discapacidad, enfrentando desde niño terapias intensivas en Estados Unidos. A sus 49 años, afirma que su vida se definió por dos decisiones clave: rehabilitarse al máximo y, más tarde, dedicarse por completo al estudio cuando los médicos confirmaron que no podría caminar.
“Siempre quise ser piloto aviador como mi hermano; mi pasión son los aviones. Pero tengo los pies bien puestos sobre la tierra y sobre esta silla de ruedas. La rehabilitación me formó y el estudio me abrió camino”, relata.
Completó su educación profesional con exámenes especiales, logrando superar incluso a compañeros regulares gracias al adiestramiento físico y disciplina adquiridos en su rehabilitación. Hoy, se considera un ejemplo de que un propósito claro puede llevar a la superación, incluso ante condiciones de vida adversas.
Además, logró construir una trayectoria profesional sólida al terminar una licenciatura en Derecho con especialidad en Juicio de Amparo, especialista en Notariado Público por la Universidad de Guanajuato y maestro en Derecho Constitucional.
Actualmente, Gabriel funge como promotor estatal de discapacidad en Guanajuato por parte del DIF Nacional, adscrito a la Secretaría de Derechos Humanos y a la Subsecretaría de Atención a Personas con Discapacidad. Su labor consiste en coordinar sensibilizaciones, capacitaciones y políticas públicas en los 46 municipios del estado, donde trabaja con promotores municipales como sus “brazos derechos”.
Cada mes o trimestre, entrega informes a la federación, alineados con la Subsecretaría, para asegurar la correcta atención y el avance en temas de inclusión y accesibilidad.
Buscando fortalecer su capacidad de incidencia, Gabriel se integró al IECA, donde imparte talleres y conferencias de desarrollo personal, liderazgo, motivación e inclusión social para Personas con Discapacidad. “Quiero explotar al máximo esta oportunidad porque el conocimiento y las certificaciones nunca sobran, porque lo único que te llevas cuando mueres es tu preparación”, señala.
Destaca que el IECA ofrece cursos de repostería, barbería, oficios diversos y Lengua de Señas Mexicana en niveles medio y avanzado, una herramienta clave para fortalecer la inclusión.
Gabriel hace un llamado directo al sector productivo para que las empresas soliciten cursos de inclusión laboral para PCD. Es una de las mayores demandas del sector de discapacidad.
Sin embargo, también subraya que las PCD deben prepararse y elevar su nivel académico y dejar atrás el chip de estirar la mano. La discapacidad no es una condición de “pobrecito”, sino una condición de vida. Así como tenemos derechos, también tenemos obligaciones, enfatizó.
Explica que en un empleo formal se aplican reglas y responsabilidades para todos, con o sin discapacidad, sin dejar a un lado los ajustes razonables que son esenciales, como accesibilidad a sanitarios o sensibilización constante del personal, no eximen del cumplimiento laboral.
“Si queremos estudiar, trabajar o capacitarnos, es nuestra obligación tocar puertas. El gobierno y el IECA ofrecen oportunidades, pero también debemos demostrar qué podemos aportar”, aclaró.