Irapuato, Gto., 03 de octubre de 2025. – En un evento cargado de simbolismo y gratitud, la Secretaría de Educación de Guanajuato, a través de la Delegación Regional IV, rindió un homenaje a dos grandes pilares de la educación estatal: la maestra María Armenta Escoto y el maestro Baudelio Raúl Garcidueñas Piña, quienes tras 58 años de servicio cada uno, concluyen su etapa docente con experiencia y amor a la enseñanza.
La ceremonia fue un reflejo de lo que significa el magisterio en la vida de las comunidades: compromiso, vocación y pasión por formar generaciones. Autoridades, docentes, alumnos y padres de familia se unieron para reconocer la trayectoria de quienes dedicaron su vida a transformar la sociedad a través de la educación.
La maestra María Armenta, con una carrera marcada por la constancia y la superación personal, se distinguió como maestra de grupo, directora y supervisora, dejando huella en escuelas de Salamanca, Irapuato y otros municipios de la región. Su mensaje a las nuevas generaciones fue claro: “Por encima de los títulos y cargos, lo más importante es la humildad, la humanidad y el apoyo entre compañeros”.
Por su parte, el maestro Baudelio Raúl Garcidueñas Piña recordó su inicio en Salamanca en 1967 y su trayectoria en comunidades como Uretaro y La Reina, hasta llegar a ser supervisor de la zona 66. Conmovido, agradeció a su familia y resaltó que ser maestro es una tarea de orgullo y entrega: “las niñas y los niños pueden estar en cualquier lugar, pero el maestro es siempre la figura central de la educación”.
Juan Luis Saldaña López, delegado de la Región IV de la Secretaría de Educación de Guanajuato (SEG), destacó que tanto la maestra como el maestro se despiden por la puerta más grande, la del cariño y reconocimiento de quienes han sido testigos de su vocación: “Ustedes no le deben nada a la sociedad; al contrario, la sociedad tiene una deuda de gratitud por todo lo que han entregado a lo largo de 58 años. Hoy los despedimos con respeto, admiración”.
Este acto que ofreció el Sector 19 de Primarias de Salamanca a cargo de Rosalinda Almanza Puente, no solo reconoció a dos figuras emblemáticas, sino que también simbolizó el fortalecimiento del Gobierno de la Gente, que valora a sus maestras y a sus maestros como actores esenciales en la transformación del estado.
Con su partida de las aulas, la maestra María Armenta y el maestro Baudelio Garcidueñas dejan un legado de amor, humildad y compromiso con la niñez guanajuatense, confirmando que enseñar es, ante todo, un acto de amor y de verdadera riqueza humana.