Graciela Pérez se despide de las aulas, una vida dedicada a la educación de niñas y niños guanajuatenses

Irapuato, Gto. 01 de octubre de 2025. – Entre lágrimas, aplausos, flores y abrazos, la comunidad educativa celebró la jubilación de la maestra Graciela Pérez, una mujer que convirtió su vida en un acto de amor por la enseñanza y que hoy cerró un ciclo de más de cuatro décadas formando generaciones de niñas y niños guanajuatenses.

La jornada fue una verdadera fiesta, pero también un día agridulce: fiesta porque se reconoció a una docente que hizo historia en cada aula, en cada escuela y en cada comunidad a la que llegó; amarga porque se despide una maestra que dejó huella imborrable en la vida de sus alumnos y alumnas, quienes la recuerdan como guía, consejera, amiga y ejemplo de vida.

En la primaria “Sentimientos de la Nación”, en Irapuato, se vivió un emotivo homenaje donde participaron directivos, padres de familia, exalumnos y estudiantes actuales. Entre bailes, presentaciones artísticas y palabras llenas de gratitud, quedó claro que “la maestra Chelita”, como cariñosamente la llaman, no solo enseñó matemáticas, historia o español, sino que inculcó valores, sembró sueños y encendió en sus alumnos la curiosidad por aprender.

Juan Luis Saldaña López, delegado de la Región IV de la Secretaría de Educación de Guanajuato (SEG), dijo “hoy despedimos con gran orgullo a la maestra Chelita, quien dedicó su vida a la educación. Ser maestra significa mucho más que enseñar a leer o escribir: es ayudar a que las niñas y los niños crezcan, se desarrollen y encuentren motivación cada día”.

Asimismo, comentó que la trayectoria de la maestra Chelita se refleja en el cariño de sus alumnos y alumnas, en el reconocimiento de sus compañeros y compañeras y en el respeto de los padres y madres de familia. “Su partida es por la puerta más grande: la del amor y el agradecimiento de toda una comunidad”, afirmó el maestro Saldaña López.

“Un verdadero maestro o maestra no solo transmiten conocimientos, también inculcan valores, corrigen con amor y acompañan la construcción de sueños. Esa es la verdadera riqueza de esta profesión: darse a los demás y transformar vidas. A nombre de todas las niñas, niños y familias guanajuatenses, agradecemos a la maestra Chelita por su pasión, entrega y compromiso. Su legado permanecerá vivo en cada alumno y alumna y en cada historia que ayudó a escribir”, apuntó.

Dulce Daniela Cervantes Mora a nombre de las familias de la escuela primaria “Sentimientos de la Nación”, señaló: “se nos va el oro de la escuela”, al reconocer la dedicación y entrega de Graciela Pérez. Por su parte, los alumnos y alumnas recordaron con cariño su sonrisa, sus consejos y esa capacidad de transformar el aula en un espacio de alegría y aprendizaje.

La maestra Graciela Pérez emocionada y en compañía de hermanas, también docentes, así como de su hija e hijo, agradeció cada muestra de cariño y amor demostrado, “me despido de las aulas, pero nunca del corazón de quienes fui una luz en su camino”.