León, Gto., a 04 de septiembre de 2025.- El mapa desplegado en el suelo se convirtió en una invitación a recorrer ríos, montañas y reservas. Esta fue una de las experiencias que formó parte de la exposición Diversidad Natural, que reunió a jóvenes del Centro de Internamiento Especializado de la Dirección General de Reintegración Social para Adolescentes (DGRSA), personal y estudiantes universitarios.
La actividad, organizada en colaboración con el Instituto Cultural de León (ICL) y el Museo de las Identidades Leonesas (MIL), llevó al interior del Centro un recorrido interactivo en siete estaciones sobre Áreas Naturales Protegidas (ANP), flora y fauna nativa, cuidado del agua, manejo de residuos y preservación del medio ambiente.
Durante una hora, adolescentes del Centro, personal operativo y administrativo de la DGRSA y estudiantes de la Universidad De La Salle Bajío, la Universidad Humani Mundial y el Bachillerato Bivalente Militarizado de León participaron en dinámicas museográficas y lúdicas que transformaron el aprendizaje en una experiencia compartida.
Dentro del domo inflable, los espacios se llenaron de colores, mapas y proyecciones que envolvieron a adolescentes y estudiantes en un recorrido vivo. Entre dinámicas, preguntas y materiales didácticos, cada estación fue una experiencia que se miraba, se escuchaba y hasta se jugaba.
Luis Felipe Razo Ángeles, director general de Reintegración Social para Adolescentes, destacó que este tipo de actividades consolidan vínculos institucionales y generan impacto positivo durante el proceso de reinserción, pues la cultura y el conocimiento del entorno son herramientas para fortalecer la conciencia y prevenir riesgos sociales.
La Secretaría de Seguridad y Paz aseveró que se impulsan estas acciones bajo la visión de que la reinserción social también implica abrir oportunidades educativas y culturales que permitan a las y los adolescentes desarrollar conciencia, habilidades y sentido de pertenencia.
La jornada cerró con la idea de que la riqueza natural que nos rodea no es algo ajeno, sino un patrimonio común que debemos proteger. Cuidar el agua, los bosques y la vida que habita en ellos es también cuidar la armonía social, porque la paz también se fortalece cuando entendemos que el planeta es la casa común que todas y todos compartimos.