Manuel Doblado, Gto. 21 de julio de 2025.- En la Escuela Primaria Naciones Unidas, ubicada en la comunidad El Charcón, en el municipio de Manuel Doblado, Guanajuato, un grupo de estudiantes de sexto grado, guiados por su maestra Maricela Ceja Moreno, desarrollaron un proyecto ejemplar; un lavabo ecológico que permite filtrar y reutilizar el agua salitrosa, una problemática histórica en la zona.
“Lo más valioso es que no lo hicieron por una tarea, lo hicieron por su comunidad, y eso, al final del día, es lo que más nos enseña”, señaló la maestra.
Gracias a esta iniciativa, la Escuela Primaria Naciones Unidas obtuvo el tercer lugar en el concurso “¡El agua es vida, el agua se agota!”, convocado por la Sección 13 del SNTE, lo que reconoce no solo el valor técnico del proyecto, sino también su impacto educativo, comunitario y ambiental.
El proyecto surgió en noviembre de 2024, a partir de una inquietud compartida en el aula. ¿Cómo cuidar el agua si la poca que se tiene no es apta para su uso?. En la comunidad, el agua es escasa y contiene altos niveles de salitre, lo que la hace inapropiada para el consumo humano y poco funcional para tareas domésticas básicas como lavar ropa o regar plantas. Ante esta realidad, la maestra, junto con el ímpetu de sus estudiantes se propusieron crear una alternativa accesible que permitiera aprovechar el agua disponible sin desperdiciarla.
Así nació el diseño del lavabo ecológico, un sistema de filtrado artesanal que utiliza materiales reciclables, capas de carbón activado y barriles conectados para filtrar el agua sucia y redirigirla al riego de jardines escolares y a un pequeño huerto comunitario. El sistema fue perfeccionado a través del ensayo y error, con pruebas que incluyeron desde agua con jabón hasta refresco, logrando resultados sorprendentes y motivadores para los alumnos.
“El proyecto no es sólo mío, es de mis niños y de la comunidad. Yo sólo fui el canal para encauzar sus ideas”, expresó la maestra Maricela, quien destacó el compromiso de las y los estudiantes, el respaldo de madres de familia y el apoyo de algunos compañeros docentes. El sistema también fue adaptado a un lavabo convencional del plantel y algunos filtros fueron replicados en los hogares, donde ya se reportan mejoras en el uso del agua doméstica.
Uno de los momentos más significativos ocurrió cuando una madre de familia, al probar el agua filtrada, confirmó que el nivel de sal había disminuido notablemente. “Eso me hizo sentir que vamos por buen camino. Tal vez no como nos gustaría, porque los recursos son limitados, pero el proyecto está funcionando”, compartió la maestra.
El trabajo también despertó en las y los alumnos una conciencia más profunda sobre el impacto ambiental y la posibilidad de construir soluciones desde su entorno. Algunas de las propuestas más ambiciosas de los estudiantes incluían instalar un tinaco comunitario con un gran filtro para mejorar el agua desde su pozo local y colocar filtros caseros en cada hogar.
Actualmente, el proyecto continúa desarrollándose. La maestra Ceja Moreno planea retomarlo con los nuevos grupos de quinto y sexto grado, con el objetivo de dar seguimiento a las ideas surgidas y sumar una nueva fase, la captación de agua de lluvia para reforzar el abastecimiento escolar. A pesar de las dificultades económicas, la convicción es firme, seguir trabajando por una escuela más sustentable y una comunidad más consciente.