Transformando sonrisas: jóvenes en proceso de reintegración social construyen y donan juegos a preescolar de León

  • Seis adolescentes del Centro de Internamiento Especializado elaboraron cuatro juegos infantiles con materiales reciclados y regalaron sonrisas a estudiantes de la comunidad San Judas Tadeo.
  • Esta iniciativa es parte del programa Somos el Cambio, impulsado por una organización que promueve el emprendimiento social con impacto comunitario.

León, Gto., a 13 de julio de 2025.- En el patio del Jardín de Niños Miguel Domínguez, ubicado en la comunidad San Judas Tadeo, una pequeña y un pequeño corren hacia un sube y baja de madera reciclada como si acabara de aterrizar la felicidad. Otros más se balancean en mecedoras de madera con alegría desbordada. No saben —y tal vez ni necesitan saber— que esos juegos fueron creados por manos de adolescentes en proceso de reintegración social. Solo sienten la felicidad de jugar.

Detrás de ese gesto hay un nombre: “Transformando sonrisas”. Así llamaron a su proyecto seis jóvenes del Centro de Internamiento Especializado para Adolescentes del municipio de León, quienes participaron en la iniciativa “Somos el Cambio”, una organización que promueve el emprendimiento social a través de una metodología sencilla: Siente, Imagina, Haz y Comparte. 

Para proporcionar espacios de juego que favorezcan el desarrollo de la coordinación, el equilibrio y la interacción social entre las niñas y niños, jóvenes en proceso de reintegración social diseñaron juegos de movimiento alternativo. Además, al utilizar materiales reciclados para su elaboración, buscan también generar conciencia sobre la importancia del reciclaje y el uso responsable de los recursos. 

Su meta fue clara: hacer algo que transformara positivamente su entorno. Su herramienta: la imaginación, sus manos, y la convicción de que pueden construir a la vez que se reconstruyen a sí mismos.

Guiados por este enfoque, seis adolescentes del Centro Especializado diseñaron y elaboraron cuatro juegos infantiles (tres mecedoras y un sube y baja) a partir de materiales reciclados como llantas, madera y tornillos. Trazaron, cortaron, lijaron, pintaron. Luego, estos juegos fueron llevados a un jardín de niños de la comunidad San Judas Tadeo.

“Para que los niños vean desde pequeños que hay una forma de divertirse sanamente”, explicó uno de los jóvenes, quizá como un deseo de evitar que otros caigan en malos pasos. Una conciencia nueva que se abre camino mientras endereza el suyo.  

“Yo no sabía apoyar a la sociedad”, confesó otro joven. “En esto me siento un poco mejor, al realizar algo para alguien”. 

La iniciativa se enmarca en un proceso más profundo: la justicia retributiva. “Fue iniciativa de los chicos”, explicó Luis Felipe Razo Ángeles, director general de Reintegración Social para Adolescentes en el estado de Guanajuato. “Dentro de ese programa de ‘Somos el cambio’ les van diciendo cuáles son los parámetros, pero la iniciativa de hacerlos fue de ellos. Ellos eligieron dar algo a la sociedad”

La maestra Alejandra Gómez, encargada del grupo Segundo A, recibió los juguetes con gratitud: “Las palabras sobran, los niños están contentos, muy felices. El hecho de que nos hayan traído estos juegos nos aporta muchísimo en la convivencia dentro del ámbito escolar y en nuestra sociedad”.

“Nos ayudan muchísimo a encaminar también a nuestros niños hacia un mejor futuro, que al final de cuentas es por lo que nosotros trabajamos”, añadió la docente.  

Y esto apenas comienza. “Vamos a mostrarles las fotos a los demás chicos del Centro de Internamiento, para que sigan trabajando y que no nada más sea este kínder, sino llegar a otros más”, aseguró Razo Ángeles.

Desde la Dirección General de Reintegración Social para Adolescentes (DGRSA), y con el impulso de la Secretaría de Seguridad y Paz, este tipo de iniciativas no son solo un buen gesto: son política pública con rostro humano. Se apuesta por la transformación desde adentro; por la empatía, la reparación y el compromiso. Es materializar la visión de la gobernadora Libia Dennise García: abrir caminos para nuevos comienzos y nuevas oportunidades.

Porque al final, construir un juego es también crear espacios donde niños y niñas puedan desarrollar su motricidad e interacción social, donde puedan reír, moverse, imaginar y convivir. Es también tender un puente entre jóvenes que están reconstruyendo su historia y quienes apenas empiezan a vivir. Porque niñas y niños felices hoy serán mañana guanajuatenses que construyen paz. 

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