Celaya, Gto. 21 de abril de 2015.– Rosa García Posadas, supervisora de educación física de la zona 10 de los municipios de Celaya y Comonfort, lleva 37 años al servicio de la educación física. Su experiencia ha sido clave en la formación de generaciones de niños y jóvenes, promoviendo la actividad física no solo como un ejercicio corporal, sino como una herramienta integral para el desarrollo humano y emocional.
A lo largo de su carrera, García Posadas ha trabajado en diferentes niveles educativos, desde preescolar hasta secundaria, y también en el Centro de Atención Múltiple (CAM). Estos años, especialmente en el CAM, le dejaron experiencias profundas que aún recuerda con emoción: “Trabajar con niños en situaciones diversas me permitió poner en práctica todo lo que estudiaba, desde respiraciones y meditación hasta ejercicios que les ayudaban a manejar su energía y emociones”, compartió la supervisora.
La pasión por la educación física de Rosa comenzó desde su adolescencia, inspirada por un maestro de voleibol que la motivó a seguir este camino. “Fue el deporte el que me hizo querer ser maestra, pero con los años me di cuenta de que la educación física no solo se trata de enseñar deportes. Hoy, más que nunca, sabemos que desarrollar habilidades motrices como la lateralidad, la coordinación, y la percepción espacial en los niños tiene un impacto directo en su desarrollo integral”, explicó García Posadas.
Su formación ha sido clave en su evolución profesional. Estudió la normal de educación física en la ENEF de Morelia y, en 2019, obtuvo la licenciatura en Educación Física. También ha complementado su preparación con una maestría en facilitación de grupos con enfoque humanista y una especialidad en desarrollo humano. Estos estudios le han permitido diseñar talleres innovadores como “Desarrollo de habilidades socioemocionales” y “Descubriendo tu mago interior”, los cuales han tenido un gran impacto en la formación de docentes y en el bienestar de los niños.
Rosa García es firme defensora de la idea de que la actividad física va más allá de la mejora de la condición corporal. “El cuidado del cuerpo, la práctica de una vida saludable y el desarrollo de habilidades de vida a través del ejercicio físico son aspectos que deben ir de la mano”, afirma con convicción. En su labor como supervisora, se dedica no solo a evaluar a los maestros, sino a ofrecer retroalimentación y apoyos para mejorar su práctica pedagógica, siempre con el objetivo de contribuir a la formación integral de los estudiantes.
Una de las grandes transformaciones que ha observado en su carrera es el cambio en la manera en que se concibe la educación física en las aulas. Según García Posadas, “la nueva escuela mexicana nos invita a ver la educación física como una herramienta que, además de desarrollar habilidades físicas, contribuye al desarrollo emocional, social y cognitivo de los niños. Es fundamental que los docentes integren metodologías innovadoras que permitan a los alumnos aprender jugando, resolver problemas y trabajar en equipo”.
La supervisora destaca el impacto positivo de la metodología “Yo Soy Muy Bien”, que aprendió en una certificación en Alba Italia, y que ahora promueve entre los maestros de la zona 10. A través de esta metodología, se busca que los niños disfruten del movimiento y aprendan a través de él, desarrollando habilidades que les serán útiles no solo en el ámbito físico, sino también en su vida cotidiana.
Un ejemplo claro de cómo la educación física puede transformar vidas es el proyecto de “Aprendizaje de Servicio”, que ha fomentado una mayor convivencia entre padres e hijos. Un testimonio reciente de una madre de familia resalta cómo su hija, que tenía déficit de atención, logró concentrarse mucho mejor después de participar en clases de educación física. Este tipo de resultados, que conectan el bienestar físico y emocional, son los que motivan a Rosa a seguir trabajando en su labor.
Para ella, la educación física es mucho más que una clase de deportes; es un medio para transformar la vida de los estudiantes, ayudándolos a encontrar un equilibrio emocional, a resolver problemas y a conectar con los demás. “Mi misión es ofrecer a los maestros herramientas y estrategias para que, a su vez, puedan ofrecer lo mejor de sí mismos a sus alumnos. La educación física no solo fortalece el cuerpo, sino que fortalece la vida”, concluye con entusiasmo Rosa García Posadas.
En un mundo donde la salud y el bienestar son cada vez más importantes, la labor de educadores como Rosa García es esencial para formar generaciones más sanas, felices y preparadas para enfrentar los retos de la vida.