Inclusión, arte y juego son pilares del aprendizaje en el Preescolar Paulo Freire

  • Su modelo educativo apuesta por la inclusión y el desarrollo integral.

San Felipe, Gto. 19 de febrero de 2025.- En el Jardín de Niños Paulo Freire, en San Felipe, la inclusión no es solo un principio, sino una realidad que transforma vidas. La Lengua de Señas Mexicana (LSM) es parte esencial del día a día, con un mural del abecedario en LSM como símbolo del compromiso con la diversidad. Esta filosofía se refleja también en la atención a estudiantes con Trastorno del Espectro Autista (TEA), como Matías y Génesis, quienes han encontrado en sus maestras y compañeros un entorno donde pueden crecer con confianza.

Gracias al esfuerzo conjunto entre la escuela y las familias, los estudiantes avanzan a su propio ritmo, con estrategias pedagógicas adaptadas a sus necesidades, mientras mantienen viva la emoción por descubrir el mundo que los rodea.

La directora Silvia Janeth Flores resalta el trabajo colaborativo que permitió integrar a una alumna sorda al preescolar, destacando cómo docentes y compañeros se unieron para aprender Lengua de Señas Mexicana y acompañarla en su aprendizaje. “No se trataba solo de enseñarle, sino de aprender con ella”, afirma la directora, subrayando que el verdadero éxito radica en hacerla sentirse parte activa de la comunidad escolar.

Bajo la visión de Silvia Janeth Flores, el equipo docente ha encontrado en el acompañamiento y la observación una herramienta clave para fortalecer su labor educativa. “Cuando los maestros se sienten respaldados, su enseñanza se vuelve más efectiva y significativa para sus alumnos”, explica la directora; por ello, cada día en este jardín de niños es una oportunidad para innovar y mejorar la experiencia de aprendizaje de las y los pequeños.

Además del enfoque inclusivo, el alumnado explora desde muy temprana edad el mundo a través del arte, la música y el juego; a través de representaciones teatrales, bailables, rondas, danza, cuenta cuentos, juegos, exposiciones de arte y manualidades, las niñas y niños fortalecen sus habilidades cognitivas, aprenden a expresarse, colaborar y a desarrollar un pensamiento crítico desde los primeros años.

Para las familias, este modelo educativo ha marcado una diferencia significativa, “desde que mi niña ingresó he visto mucho avance, tanto en la comunicación, la interacción social y en lo académico. Las maestras son muy trabajadoras, comprometidas y también apoyan mucho a los alumnos”, comparte Miriam Nataly Cortés, madre de familia, reflejando el impacto positivo que ha tenido la escuela en la vida de su hija.

El Jardín de Niños Paulo Freire es un ejemplo de cómo la educación puede cambiar realidades. Con creatividad, inclusión y un profundo compromiso con cada estudiante, esta comunidad educativa sigue demostrando que todos los niños y niñas merecen un espacio donde se les brinde la oportunidad de aprender, crecer y soñar sin límites.

La Secretaría de Educación de Guanajuato reafirma su compromiso con una educación preescolar de calidad, que garantice a cada niña y niño un inicio sólido en su trayectoria escolar, fortaleciendo sus habilidades y brindándoles mayores oportunidades para su futuro.

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