Guanajuato, Guanajuato, a 09 de abril de 2021.- La historia de Georgina inicia cuando era muy pequeña. Al ser parte de una familia numerosa, con la creencia de que las mujeres no estudian y solo se dedicaban al hogar, solo pudo estudiar la primaria.
Se casó joven y a los 16 años tuvo a su primera bebé, una niña, posteriormente llegaron dos hijos más; su matrimonio no funcionó, decidió emprender e iniciar su propio camino para convertirse en la única fuente de ingreso para su familia, convencida de que la educación es parte fundamental del desarrollo de cualquier persona.
“Yo empecé a trabajar para mis hijos y siempre con la ilusión de estudiar; entonces, cuando me divorcio comienzo a estudiar en escuelas abiertas, la secundaria con INAEBA, después la preparatoria y me gustó el estudio. Yo dije, tengo que estudiar, algo que me llamaba la atención es que no puedes decirles a tus hijos estudia, échale ganas, sí se puede, si tú no eres el ejemplo, no eres el motor que los inspire”.
Ella se reunió con un grupo de personas interesadas en estudiar la secundaria y con la atención educativa que brinda el Instituto de Alfabetización y Educación Básica para Adultos (INAEBA) logró obtener su certificado. Posteriormente, cursó el siguiente nivel en una preparatoria abierta y también la terminó.
“Recuerdo que cuando hice la secundaria, mi hija la mediana se tenía que ir conmigo, en lo que yo entraba a clases, ella se quedaba en los jueguitos cuidando a su hermanito; era difícil, pero nunca me han dejado sola, siempre he tenido su apoyo”.
Para poder motivar a sus hijos y convertirse en su ejemplo, Ginna, como le dicen sus amigos y familiares, hizo todo el esfuerzo posible para darle continuidad a su formación académica. Actualmente cursa el noveno semestre de la carrera de Derecho en la Universidad de Guanajuato y este año se titulará como Abogada.
Este ejemplo sirve de impulso para sus hijos, pues la mayor está por concluir la licenciatura en Educación, la siguiente cursa el cuarto semestre de arquitectura y el pequeño recientemente ingresó a la Preparatoria Oficial en la capital del estado.
“Estoy contenta, orgullosa de mí misma, de lo poco o mucho que he logrado con mis hijos; es difícil porque no es lo mismo un joven que sus papás le dan la mensualidad para estudiar, además son los hijos, el papel de papá y mamá, de estudiante, pero todo es posible”.
Ahora, Ginna trabaja en un despacho de abogados, lo cual le sirve para poner en práctica los conocimientos adquiridos en la universidad. También, estudió computación, el idioma italiano y está por ingresar a estudiar el idioma inglés, a largo plazo quiere cursar la maestría en Ciencias Jurídico Penales, que también imparte la UG.
“El mensaje que les transmites a tus hijos es de que la educación y la preparación para enfrentar la vida es primordial, tanto para trabajo como para ti mismo, porque una persona preparada siempre tiene trabajo, tiene más oportunidades de desarrollo”.
“Yo quisiera que mi historia hiciera mella o inspirara, sobre todo, en ese pequeño grupo de mujeres que nos quedamos en un momento de la vida divorciadas, dejadas, abandonadas; (…) normalmente cuando una mujer se queda sola con sus hijos, te ves indefensa, frustrada, que fallaste como esposa y te tienes que enfrentar a la vida con hijos, sin estudios y dices qué voy a hacer, se te cierran muchas cosas, pero somos muy capaces”.
Ginna busca que su historia de superación y éxito inspire e impulse a todas aquellas mujeres y hombres que pasan por alguna separación o divorcio, donde a veces pueden sentir que el mundo se les cierra y creen que fracasaron en el intento por formar una familia.
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