Pénjamo, Gto., a 27 de abril del 2019.- “La drogadicción es una celda muy oscura que no deja nada bueno. Yo pienso salir de aquí y empeñarme en un buen trabajo, después seguir estudiando. A mí me gustaría ser abogado, pues se trata de cambiar”.
Con estas palabras, fue como Juan Pablo Lomelí Pérez de 19 años, agradeció la oportunidad de obtener su certificado digital del Instituto de Alfabetización y Educación Básica para Adultos (INAEBA), durante su internamiento voluntario en el Centro de Recuperación y Rehabilitación para Enfermos de Alcoholismo y Drogadicción (CRREAD), ubicado en el municipio de Pénjamo, donde personal de la dependencia estatal brindó sus servicios educativos.
El joven reconoció que a los 15 años y por influencia de supuestos amigos, comenzó a consumir drogas, lo que le impidió terminar su secundaria.
“Voy a demostrarle (a mi familia) con hechos que le voy a echar ganas, que ya no voy a seguir en lo mismo. La verdad es muy triste andar en las drogas porque a uno lo desprecian mucho”, continuó el joven quien encontró en la educación una nueva oportunidad de vida.
Con la finalidad de fortalecer la atención educativa que se brinda a las personas que reciben tratamiento de rehabilitación por adicciones para que puedan salir del rezago educativo y se facilite su reinserción social y laboral, entre 2018 y lo que va del 2019, el INAEBA ha certificado a 605 personas que se encontraban internadas voluntariamente en instituciones de diversos municipios para su recuperación.
De ellos, 88 terminaron la primaria y 517 la secundaria. De la población total atendida, 121 son mujeres y el resto son varones.
En entrevista, Miguel Ángel Murillo Guillén, encargado del CRREAD, reconoció la importancia de la educación en la recuperación de estas personas, sobre todo entre los más jóvenes, quienes llegan a estos centros incluso en condición de analfabetismo.
“La drogadicción y el alcoholismo son una enfermedad, acaba con todo el autoestima y pensamos: uno no sirve para nada, y cuando ven que pueden aprender a leer y a escribir (por medio del INAEBA) y les dan su diploma de primaria y secundaria, su autoestima se levanta. Muchas veces no fueron a la escuela, se metieron chicos a trabajar para arrimar un taco a la casa”, aseguró Miguel Murillo.
Otro joven del mismo CRREAD, que también recibió su certificado de secundaria, es Juan Juárez Toledo de 22 años: “Me envicié en la droga, y ya no pude terminar mi secundaria. Tenía como 12 años. Me motivó estudiar para que me ocuparan en un trabajo, en una empresa. Es una oportunidad para salir adelante”.
Agradeció a su familia porque nunca dejó de brindarle su apoyo y hoy recomienda a otros jóvenes que eviten involucrarse en situaciones de riesgo.
“Yo les diría (a otros jóvenes) que se pusieran a estudiar, que terminaran su primaria o secundaria para que fueran algo en la vida. Eso de andar con malas juntas no deja nada bueno. Yo sí me arrepiento, porque mi papá me decía que terminara la escuela, él me apoyaba y por andar en la droga no entendí, pero (ahora) estoy agradecido con INAEBA porque me han dado oportunidad de terminar”, concluyó Juan Juárez.