Jerécuaro Gto., marzo 14 de 2019. – En el Jardín de Niños Ma. Inocente Flores Miranda, de la comunidad el Tepozán del municipio de Jerécuaro, los alumnos realizan experimentos fantásticos en arenas movedizas.
El objetivo de los experimentos fantásticos, es que los alumnos logren explicar cómo es, cómo ocurrió, y cómo funcionan los experimentos a realizar, utilizando el procedimiento de formulación de hipótesis.
Que utilicen unidades de medida no convencionales como vasos, recipientes, cucharas de diversos tamaños y capacidad.
Que experimenten con materiales diversos como harina, fécula de maíz, colorante y diamantina.
Que propongan acuerdos para llevar a cabo el trabajo dentro del aula y actúen con apego a ellos.
La educadora Andrea Salas Ballesteros comentó: “la experiencia con mi grupo multigrado, de 21 alumnos de primero, segundo y tercero de preescolar (13 niñas y 8 niños) presentan diversos ritmos de aprendizaje, con una fascinación por aprender y descubrir cosas nuevas”.
En esta ocasión el objetivo de la situación fue que los alumnos expresaran cómo sucedió, cómo ocurrió o cómo funcionó el experimento a realizar; así como utilizar unidades de medida no convencionales como cucharas, vasos y recipientes de diferentes tamaños.
Se organizaron equipos heterogéneos con alumnos de los tres grados, como ‘líderes’ a alumnos más sobresalientes. La jornada inicia con coro de saludo, asistencia y registro de la fecha.
Se prosigue con cuestionamientos como inicio para rescatar conocimientos y saberes previos de los alumnos: ¿Qué es un experimento?, ¿Quiénes los hacen? ¿Has realizado alguno?
Para contestar, los niños utilizan “el micrófono mágico” los alumnos comenzaron a expresar sus respuestas.
Después de escuchar y registrar sus respuestas, se detectó que una minoría de los alumnos tenían nociones de lo que era un experimento, muy pocos habían visto o realizado alguno. Pero mostraban interés por realizarlo.
Se tomaron algunos acuerdos con los niños para poder trabajar con el material de manera adecuada. Luego se invitó a los alumnos a realizar el experimento.
La consigna fue: van a contar con cuántas cucharadas de fécula de maíz se llenaría el vaso que eligieron y al llenarse debían vaciarlo sobre un recipiente más grande, posteriormente debían contar también con cuántas cucharadas de agua se llenaba un vaso más grande y vaciarlo dentro del recipiente, al final contar con cuántas gotitas de colorante se llenaba una cuchara. Se permitió a los alumnos que lo hicieran de manera libre, mientras lo realizaban se les cuestionaba de manera individual el procedimiento utilizado y cuántas cucharadas habían utilizado.
“Para llenar mi vasito de maicena utilicé 7 cucharadas grandes y para llenarlo de agua utilicé 10 cucharadas grandes, y 3 de diamantina para que quedara así de brilloso” Ian Carlos Alumno de Segundo A.
” Yo le puse 11 cucharadas medianas para llenar el vasito y una grande de diamantina” Wendy Guadalupe alumna de Tercero A.
Lo exitoso radicó en el intercambio entre pares favoreciendo el aprendizaje, al tomar en cuenta las aportaciones de sus compañeros sus explicaciones sobre el manejo de unidades no convencionales, al utilizar material variado generando el interés de casi todos los alumnos; fue una actividad diferente y emocionante.