Guanajuato, Gto., a 20 de julio de 2018.- La zona arqueológica de Plazuelas está situada en las estribaciones sureñas de la sierra de Pénjamo, al suroeste de la sierra de Guanajuato, donde se hallan los vestigios de una de las ciudades más complejas de esta región.
Cerca se encuentra su Centro de Atención a Visitantes donde están objetos de los hallazgos como las esculturas de serpientes emplumadas que se encontraron en la cancha del juego de pelota. También los caracoles y rayos de piedra que salieron de las pirámides, las cuales están relacionadas probablemente con el Dios de la lluvia: Tláloc.
Hay otros objetos como cuchillos, puntas de proyectil, trompetas de caracoles marinos, flautas, ocarinas, tejos, platos, ollas, cuentas de turquesa que traían del norte, figuritas de piedra verde del sur. Muchas piezas fueron encontradas por los lugareños cuando sembraban o escarbaban para hacer los cimientos de una casa.
La cancha para jugar a la pelota estaba dividida en cuadrantes y podían jugar dos, cuatro o más personas. Era un juego que requería destreza y entrenamiento, y aunque era un rito, los habitantes solían apostar.
Rodeando las barrancas, en las piedras que afloran por donde quiera, hay grabados. Algunos son simples líneas, a veces combinadas con hileras de puntos.
Hay un edificio conocido como Casas Tapadas, pues los viejitos de San Juan el Alto decían que aquí había unas casas que los indios taparon para que no las vieran los españoles.
Sobre tres laderas que separan dos barrancas –Los Cuijes al oeste y Agua Nacida al este–, los edificios fueron construidos de manera dispersa, comunicándose entre sí a través de largas calzadas y veredas que suben y bajan entre los cerros, y en donde un manantial, El Agua Nacida, es el punto de confluencia de ellos.
La ocupación de este sitio se dio entre 600 y 900 d.C., periodo en el que el territorio del actual estado de Guanajuato alcanzó su mayor densidad de población. Plazuelas fue la primera zona arqueológica del estado abierta al público (2006).